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El gobierno de Lula levanta la bandera del 'software' libre

La administración brasileña se pasa a los programas de licencia GPL

Al pingüino de Linus Torvalds le va a tocar adaptarse a un nuevo hábitat. Desde el altiplano hasta el Amazonas, de Belém a São Paulo, una fiebre se extiende por el quinto país más grande del mundo, conocido por sus pasiones: la samba, el fútbol y desde ahora, por el software libre.

La celebración, a principios de junio, del quinto Fórum Internacional de Software Libre en Portoalegre, fue sólo la demostración de una realidad social muy especial. La de un país en desarrollo, con un crecimiento explosivo de la informática y las telecomunicaciones, y que ha hecho de los programas "propietarios", con los sistemas operativos Windows al frente, el primer enemigo a abatir.

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En respuesta a ese ambiente singular, el gobierno de Lula ha podido trasladar las ilusiones igualitarias que le llevaron a la presidencia, frustradas por la realidad económica, al campo de la administración electrónica, la e-Administración. Con la ayuda de la Unión Europea, Brasil ha preparado el salto de todos sus sistemas a las licencias de libre distribución. Un salto en el que Linux será sin duda el protagonista.

Un manual de inspiración europea

Para ello se ha preparado un libro mágico, la Guia Livre, en cuya elaboración han participado instituciones oficiales y la propia comunidad de desarrolladores de software bajo licencias GPL, las que permiten usar, reproducir, estudiar e incluso modificar el código fuente de los programas. Esta guía se ha basado en un programa de la UE, el IDA (Intercambio de Datos entre Administraciones), que es parte del plan eEurope 2005.

Los motivos del gobierno federal de Brasil para un cambio al que todavía muchas instituciones temen, son los mismos que aduce la Fundación del Software Libre (FSF) de Richard Stallman: es más seguro, evita los cambios periódicos a que obliga el lanzamiento de nuevos sistemas y programas, da independencia tecnológica respecto de los grandes monopolios informáticos -precisamente extranjeros-, y fomenta el desarrollo local, pero sobre todo, es más justo.

El documento, que entrará en vigor en agosto, expresa una conclusión que va calando poco a poco entre los responsables políticos de Europa y España (como demuestra el plan eEurope 2005): El gobierno tiene el deber de contratar de la mejor forma para el ciudadano, y optar por uno u otro modelo "no es una opción, sino un deber", el de garantizar la transparencia y la libertad.

El caso extremeño

El paso del gobierno federal brasileño es el mismo que decidió dar en su día el gobierno autonómico de Extremadura, que lanzó su propia distribución o versión de Linux, LinEx, además de desarrollar programas específicos para la educación.

Eso ha hecho de Extremadura una exitosa pionera de un camino que ya han decidido seguir otras comunidades autónomas y ayuntamientos, y que la llevó a exponer sus claves en el 5º Fórum Internacional de Software Libre de Portoalegre. Precisamente esa ciudad brasileña va a adoptar la distribución extremeña, y a seguir su experiencia.

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