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El hombre que inventó el cajero

John Sheperd-Barron estaba en el cuarto de baño cuando se le ocurrió la idea hace 40 años

"Tenía haber alguna manera de tener acceso a mi dinero en el Reino Unido o en cualquier parte del mundo, y pensé en una máquina como las que venden chocolates pero que en vez de chocolates tuviera dinero", explica el inventor del cajero John Sheperd-Barron. En el banco Barclays se convencieron de inmediato, y mientras tomaban una ginebra, el director ejecutivo firmó un contrato apresurado con el inventor.

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40 años de cajeros automáticos

Como por aquel entonces, hace ahora 40 años, no había tarjetas de plástico, Sheperd-Barron usó cheques impregnados con Carbono14. La máquina detectaba la radioactividad y la cotejaba con un número de identificación personal. El inventor asegura que a nadie le preocupaba que la sustancia afectara la salud: "Más tarde calculé que uno tenía que comer 136.000 cheques para sentir algún efecto", dice.

En cada operación podía retirarse un límite de 10 libras (cerca de US$20 al tipo de cambio actual). "Pero en ese tiempo era más que suficiente para celebrar durante un fin de semana", señala.

No todo salió bien al principio. Las primeras máquinas fueron destruidas por vándalos, y la que había en la ciudad suiza de Zurich comenzó a funcionar mal misteriosamente. Más tarde se descubrió que los alambres de dos líneas de tranvía que pasaban cerca echaban chispas que interferían con el mecanismo del cajero.

A Sheperd-Barron se le ocurrió la idea de exigir al usuario del cajero la introducción de una clave secreta cuando se dio cuenta de que podía recordar los seis dígitos de su registro militar. Probó el sistema con su esposa Caroline. "En la mesa de la cocina, me dijo que sólo podía recordar cuatro dígitos, y los cuatro dígitos se convirtieron en estándar mundial gracias a ella", recuerda Sheperd-Barron.

Sheperd-Barron se dio cuenta de la importancia de su invento cuando fue con su esposa a Chiang Mai, en el norte de Tailandia. Vieron a un agricultor que llegó en una carreta y se quitó el sombrero para usar el cajero automático. "Fue la primera señal de que habíamos cambiado al mundo".

El inventor cree que su máquina se usará de otra forma en el futuro, y predice que el mundo dejará de usar dinero en efectivo dentro de algunos años. "Transportar dinero cuesta dinero. Por eso predigo que el efectivo va a desaparecer dentro de cinco años", anuncia el inventor. Sheperd-Barron, que ahora tiene 82 años, está convencido de que pronto se usarán los móviles en tiendas y comercios para pagos pequeños.

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