_
_
_
_
_

El padre del móvil no ha tocado un iPhone

Martin Cooper, inventor del teléfono móvil, proyecta el teléfono del futuro

Martin Cooper visita España con más tiempo que en anteriores ediciones, "me va a costar volver a mi peso unas cuantas semanas", bromeaba hoy ante el entregado auditorio, en una conferencia en la sede central de Telefónica, en la Gran Vía de Madrid. En junio de este año, este ingeniero estadounidense fue reconocido con el Príncipe de Asturias por su visionario ingenio: el teléfono móvil. El 3 de abril de 1973 realizó la primera llamada con el Dyna-Trac, un prototipo de Motorola, la empresa para la que trabajaba entonces. Llamó a Nueva York, a su competencia, con toda la prensa presente. "Nadie creía que fuese a funcionar, pero lo demostramos". Los primeros terminales que se comercializaron, ya en los ochenta, costaban más de 4.000 dólares, pesaban alrededor de un kilo y la batería no daba para llamar más de 20 minutos. "En realidad, tampoco creo que nadie pudiese sujetar tanto peso junto a su oreja durante tanto tiempo", se justifica flemático Cooper.

Más información
Premio para los padres de la telefonía móvil y la arroba
La telefonía móvil supera los 52 millones de líneas

Las siguientes llamadas fueron en Washington, allí tuvo que convencer a los senadores de la importancia de este tipo de comunicaciones para que crear un marco legal que gestionase el espectro radioeléctrico en su país. A partir de ahí surgió la competencia, aunque no fue tan sencillo. "Nadie quería ser el segundo", confiesa Cooper.

Cooper aportó algunos datos que dejan patente la dependencia que tenemos del teléfono móvil: "Hay estudios que demuestran que si alguien tiene que renunciar a algo prefiere dejar su coche que su terminal. Incluso hay quien se queda sin trabajo y ahorra en comida para poder mantener su línea de móvil. Los terminales de hoy nos hacen más sociables; hasta nos permiten interaccionar en Facebook y Twitter, aunque esto último no lo comprendo del todo".

Los usos en los continentes no son los mismos. En Norteamérica, por ejemplo, se habla entre tres y cinco veces más que en Europa. En Estados Unidos se intenta competir con facturas más bajas, en Europa con mejor cobertura. En ambos continentes un 13% de la población tiene teléfono móvil pero no fijo. "Es lógico" -asegura- "llamamos a personas, no a lugares".

Aplicaciones médicas

Una vez superada la era de la transmisión de voz y los mensajes de texto, el ingeniero vaticina un futuro lleno de aplicaciones en los terminales "puede ser muy útil para medir parámetros del cuerpo humano y transmitirlo a nuestros servicios de salud. Se podrá predecir un ataque de diabetes o conocer hábitos que nos hacen daño".

La evolución de los terminales también fue objeto de comentarios en su conferencia en la sede de Telefónica en la Gran Vía, en contra del cada vez más habitual todo en uno, auguró terminales "adaptados a las necesidades del usuario. Unos querrán una buena cámara y otros navegar por internet". Dejó con la boca abierta a los asistentes al mostrar su teléfono: Un terminal sencillo, de tipo concha, sólo con los números para marcar, una pequeña pantalla y un botón para hablar con el operador. "Lo inventó mi mujer - Arlene Harris, presente en primera fila- y es perfecto para hablar, sin más complicaciones. El auricular está en la oreja y el micrófono en la boca. Es de una sencillez extrema. Por desgracia sólo se comercializa en Estados Unidos".

La competencia trae innovación

Está contento por la competencia entre sistemas operativos y terminales: "No he tocado nunca un iPhone, pero esta guerra entre Android, Apple y Symbian me parece de lo más democrático. Traerá más innovación. Es mejor que un sólo sistema para todos. Eso sería como una dictadura. La elección de los usuarios hace que se promueva la innovación". Cooper aprovechó para romper algunos mitos: "No soy médico pero tampoco metería mi cabeza en el microondas. Sólo hace falta sentido común. Llevo 30 años trabajando con móviles y no me ha pasado nada con las radiaciones".

Con más de 80 años, Cooper sigue en activo. Dejó la empresa con la que dio forma al móvil hace 36 años (Motorola) para ser consejero delegado de una compañía de "antenas inteligentes". A diferencia de las que proveen de cobertura actualmente, las que él proyecta gestionan la cobertura no sólo por zonas sino con prioridad en los anchos de banda.

RJC

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_