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Los residuos electrónicos pueden convertir a China en el "mayor basurero tóxico" del mundo

Greeenpeace denuncia la falta de compromiso de varias empresas tecnológicas instaladas en el país

Samsung, Nokia, Sony y Sony Ericsson dejaron de usar BFR -un compuesto ignífugo presente en muchos aparatos electrónicos y considerado tóxico- y PVC en sus productos tras la campaña iniciada por Greenpeace hace dos años en China, "pero HP, Apple, Dell, Fujitsu-Siemens, IBM, LG, Motorola, Panasonic y Toshiba no se han comprometido hasta la fecha", según la organización ecologista. Ésta denuncia además la importación ilegal de residuos en China, que de seguir así se convertirá en el "mayor basurero tóxico del mundo".

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Como medida de protesta contra la actitud medioambiental de algunas compañías tecnológicas, Greenpeace trasladó ayer deshechos electrónicos hasta la puerta de la Exposición de Electrónica en Pekín y las oficinas de HP en Ginebra. Los desechos de productos electrónicos suponen el 5% de la basura sólida urbana en todo el mundo y pueden suponer un grave peligro para los trabajadores. Estos riesgos se ven acentuados en países donde la legislación sobre seguridad laboral y medioambiental es más relajada. Greenpeace cita como un ejemplo de estos últimos casos la planta de HP en Guiyu (China).

Teléfonos móviles, ordenadores y otros productos electrónicos contienen hasta un 30% de compuestos ignífugos a base de bromo (BFR, brominated flame retardants) que, según Greenpeace, es neurotóxico al producir disfunciones de la memoria, la tiroides y los sistemas hormonales tras una larga exposición. Unas 1.000 toneladas de este compuesto fueron necesarias para fabricar los 674 millones de teléfonos móviles manufacturados en el mundo en 2004, mientras que otros productos altamente tóxicos como el plomo, el cadmio, el mercurio y el cromo se usan en tubos catódicos, baterías, pantallas y metales de productos electrónicos.

Algunas empresas han dejado de utilizar estos productos, pero otras siguen incluyéndolos en sus dispositivos. Contra ellas cargó ayer Greeenpeace en una conferencia de prensa celebrada en Pekín, donde estos días se celebra una feria tecnológica. El grupo ecologista acusó a Hewlett Packard (HP) y otras multinacionales de contaminar el mundo con sus desechos electrónicos, pues cada hora se abandonan "unas 4.000 toneladas de productos electrónicos tóxicos".

China se ha convertido en las dos últimas décadas en la "fábrica del mundo", y sus exportaciones de productos electrónicos alcanzaron los 380.000 millones de dólares en 2004, de los que un 30% se vendieron en Europa. Como consecuencia de esta actividad cada año se desechan unos 5 millones de ordenadores en el gigante asiático, cuya legislación deja en manos de los productores la responsabilidad sobre la producción "verde" y prohíbe el comercio de basura tóxica electrónica.

Pero el problema de este país no es sólo la basura que en el se genera, pues hasta un 43% de los residuos tóxicos llegan a China de forma ilegal. "Queremos que las multinacionales se hagan responsables de los desechos contaminantes que producen y que van a parar a países en desarrollo como China", exigió Yue Yihua, responsable de la campaña contra la basura electrónica en el gigante asiático. "Si no empiezan a fabricar productos 'verdes' y se hacen cargo de sus desechos, China se convertirá en el mayor basurero tóxico del mundo" señaló un representante de la organización ecologista.

Greenpeace dijo que apoya al Gobierno chino en la aplicación de la legislación y en el desarrollo de un plan para el difícil reciclaje de esta basura de la que China, junto con India y Filipinas, es uno de los mayores receptores.

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