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Reportaje:

El 'robot karateka' acaba con el 'pollo robótico'

Un campeonato de boxeo celebrado en Tokio entre androides pone aprueba el desarrollo del sector

Japón es la cuna de la robótica. Estos días las exhibiciones de androides han acaparado gran parte de la actualidad nipona, al concurso de robots voladores se suma el concurso de boxeo celebrado este fin de semana en el estadio Korakuen de Tokio. El campeonato entre los púgiles androides es ante todo algo fuera de lo normal, los contendientes son pequeños robots construidos y controlados por los participantes. El evento que comprende distintas categorías dependiendo del peso del robot -bautizado como Robo One- se disputa dos veces al año.

En la categoría de peso pluma, Automo03-Sandan, un robot vestido como un karateka, no fue rival para Leghorn, un robot similar a un pollo y conocido por su letal movimiento Chicken Chop. La expectación generado por estos androides se explica porque "todos los niños japoneses han crecido viendo animaciones, y hay mucho interés por las batallas de robots, así que esta competición Robo-One lo hace realidad", asegura el presidente del comité de Robo-One Teruzaku Nishimura.

La fantasía se une a la tecnología, desde príncipes medievales hasta robots cúbicos han desfilado por la lona. En esta edición 112 robots se apuntaron al torneo que ha tenido una duración de dos días.

En la categoría de peso ligero ? androides que pesan menos de 3 kilos-, el robot surcoreano Teakwon-V machacó a sus oponentes con un rápido revés para deleite de su creador Jeon Young Sun, que se llevó a casa 6.340 euros por la victoria de su pupilo. "Es una buena oportunidad para ver la avanzada tecnología japonesa de robótica", asegura Jeon Young Sun, ingeniero de profesión y que tiene como meta demostrar que la tecnología surcoreana estaba a la misma altura que la nipona.

Japón, hogar del 40% de los robots del mundo, ofrece un fértil caldo de cultivo para los programadores aficionados, que invierten mucho dinero y energía en construir el robot ideal. Por otro lado, muchas empresas de electrónica han reducido su enfoque en los robots de última tecnología para el mercado de consumidores debido a sus altos costes de desarrollo. Por ejemplo, Sony ha detenido la producción de su perro robot Aibo.

Naoki Maru, un ingeniero de 41 años y ganador en la categoría de pesos pesados, cree que esa renuencia les da a los aficionados una ventaja sobre las grandes corporaciones: "Ves muchos grandes avances tecnológicos en esta clase de robots luchadores. Esta competición, por ejemplo, se celebra dos veces al año, pero cada vez que nos reunimos ves aquí alguna revolución tecnológica increíble en robótica", asegura Maru que también ha tenido la satisfacción de ver triunfar a sus hijos Kenta y Ryuoma de 12 y 9 años. Los niños han controlado los mandos del robot King Raiser, que ha obtenido el triunfo en una categoría que enfrenta a los pesos ligeros contra los pesos pesados.

REUTERS
En una competición se pueden ver diversos diseñosVídeo: ATLAS

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