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Reportaje:

40.000 años de profundidad

Las excavaciones en un yacimiento de Pinilla del Valle cumplen su séptima edición con más dinero público

Desde 2002, cada año por estas fechas, la Comunidad de Madrid presenta una nueva campaña para la investigación en los yacimientos arqueológicos de Pinilla del Valle, los más importantes de la región.

La séptima edición cuenta con más dinero público. Por primera vez, el Ministerio de Cultura aportará un pellizco de su presupuesto a estos trabajos prehistóricos, unos 120.000 euros. Esta dotación habrá que sumarla a los 132.000 euros que aporta el Ejecutivo regional y a los 60.000 que entrega un patrocinador privado. En las excavaciones de Pinilla del Valle se concentra material antropológico, animal y geológico que abarca más de 40.000 años.

Los trabajos comenzaron en esta zona cuando en 1979 se descubrieron dos molares de Homo neanderthalensis en la denominada cueva del Camino, en el Valle Alto de Lozoya. En un principio se pensó que podía tratarse de un hogar humano, pero posteriormente se comprobó que era un cubil de hienas, con restos de fauna como ciervos, leones o rinocerontes que tienen en torno a 100.000 años de antigüedad. Por eso, el yacimiento permaneció cerrado entre 1991 y 2002, cuando la Comunidad decidió reanudar los trabajos.

Tras seis campañas de excavación desde entonces, los esfuerzos arqueológicos comprenden dos focos más, el abrigo de Navalmaíllo y la cueva de la Buena Pinta. En el abrigo de Navalmaíllo se han encontrado habitáculos de hombres prehistóricos de más de 70.000 años de antigüedad, donde se conservan estructuras intactas y muestras de la industria lítica (armas y herramientas) que produjeron estos humanos. No sólo suponen los yacimientos de humanos más antiguos de la región, pues "el potencial se hace mucho mayor, dado que faltan aún más de 300 metros cuadrados por desenterrar", revela Enrique Baquedano, uno de los directores de la obra.

El conjunto se completa con la cueva de la Buena Pinta, un refugio de animales donde, al igual que en la primera ocasión, se encontraron el año pasado dos dientes molares pertenecientes a un Homo neanderthalensis, en este caso, en torno a los 60.000 años de antigüedad.

La Comunidad de Madrid proyecta un Centro de Interpretación, "un museo donde el público podrá acudir y no imaginar, sino saber científicamente cómo se vivía aquí en la época prehistórica", señaló el consejero de Cultura, Santiago Fisas. Aunque aún no hay fecha para ello.

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SANTI BURGOS

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