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El fin del sueño olímpico

Adiós, 'everyone'

10.000 personas acogen en silencio la segunda derrota olímpica consecutiva de Madrid - La fiesta de la plaza de Oriente pasó de la euforia española a la samba brasileña

Por segunda vez consecutiva, la candidatura de Madrid cayó en alguno de los misteriosos vericuetos del sistema de elección del Comité Olímpico Internacional. Primero, en Singapur, hace tres años. La segunda, ayer, en Copenhague, a 2.066 kilómetros del corazón de la capital y decenas de infraestructuras, planes y millones invertidos después. "Es que todos los votos europeos se han ido a Río", es el diagnóstico de Jaime, que entre las 10.000 caras congestionadas en la plaza de Oriente, frente al palacio Real, a las que se les ha congelado el gesto por la decepción de la derrota, parece el más versado en la geopolítica olímpica. A su alrededor algunos niños lloran. Al final, Madrid pasó del "Hola" al "Adiós, everyone".

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Hay gente que lanza puñetazos imaginarios: "¡Mierda!", y las desproporcionadas manos de plástico cuelgan lánguidas mientras la gente abandona la plaza después de cinco horas de fiesta e incertidumbre.

A las seis de la tarde ya sólo quedaba pendiente la solución final. Había gente llegada ex profeso desde casi todas las comunidades de España, alentados por un cierto sentido de lo "histórico". "Venimos de Jaén toda la familia porque es muy emocionante", explica una mujer de más de 60 años que empuja un carrito de bebé. También hay extranjeros, sobre todo italianos residentes que han venido "para ver qué pasa, por curiosidad".

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Antes de que el lugar se abarrotara, nutrido sobre todo de chicos que acababan de salir del instituto o el colegio, sólo pululaban por la plaza cerca de un millar de personas. Estas, algunas con camisetas de la selección española, fueron las que vieron desde las dos pantallas gigantes todo el proceso.

Tras la eliminación de Chicago y Tokio, el fatalismo ha dado paso a la confianza: "Ganamos, tío". De repente, la plaza se paraliza. Ya son las seis y media. Unas chicas se hacen fotos enseñando las palmas de las manos. Las de verdad. Llevan escrito a bolígrafo: "Tengo una corazonada". La multitud devora la pantalla. Y un cuarto de hora después se oye un lamento colectivo. Pero muy corto. La plaza se vacía en menos de diez minutos. Las manos elaboradas con cubos de rubik se quedan abandonadas a su suerte, con su corazonada fallida.

Al mismo tiempo que Madrid se despedía de los Juegos, Coslada decía adiós a la ilusión de ser subsede de voleibol, informa Pablo Linde. El Ayuntamiento habilitó un par de pantallas y unas sillas en el Ayuntamiento para que los vecinos que quisiesen pudieran vivir las votaciones en directo. Cuando el presidente del COI leyó el nombre de Río de Janeiro, enmudeció el medio centenar de personas que había estado dando gritos en las votaciones previas. "Cuando llegamos a la final pensábamos que Coslada podría ser parte de unos Juegos", decía decepcionada una señora.

En Getafe la elección se vivió con cierta distancia, informa Jerónimo Andreu. El Ayuntamiento no habilitó ningún escenario para seguir la ceremonia. Los ciudadanos tampoco expresaron una gran excitación, y ni siquiera se reunieron en torno a la Cibelina, centro de celebraciones en el municipio. Sólo cuando Madrid pasó a la final comenzaron a reunirse ciudadanos ante las vidrieras de los bares. En cuanto el presidente del COI certificó a Río como ganadora, los curiosos se marcharon decepcionados y los bares volvieron a despejarse.

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