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Aguirre excluye a los "extranjeros" de su promesa de reducir las listas de espera

Simancas arremete contra la presidenta por pedir el "Rh madrileño"

La presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, manifestó ayer que "sólo los censados en Madrid computarán" en las listas de espera quirúrgica para considerar cumplido su compromiso electoral de reducir las mismas a un máximo de un mes. Aguirre aseguró que "siempre" se había referido "a los madrileños" y afirmó que "muchos extranjeros acuden a hospitales de la capital porque "les resulta mucho más barato" aquí que en sus propios países. El portavoz del grupo parlamentario socialista, Rafael Simancas, considera que pedir "el Rh madrileño" significa "incumplir" la promesa.

Aguirre aprovechó ayer su comparecencia para hacer balance de sus 100 primeros días al frente del Ejecutivo para matizar una de sus promesas electorales. En su discurso de investidura, la presidenta manifestó: "Contando con la ayuda y la colaboración de los médicos y del personal sanitario, nuestro Gobierno arbitrará las medidas oportunas para reducir el tiempo de espera para las operaciones quirúrgicas a los madrileños a menos de un mes". No sólo se comprometió a esta reducción de tiempo, sino que además se impuso un plazo, de tal forma que adquirió el compromiso de dimitir en el caso de que esta propuesta no se hubiera convertido en realidad antes de noviembre de 2005.

Ayer la presidenta explicó que la sanidad madrileña atiende a personas que vienen de otras comunidades autónomas y de países extranjeros "que alegan que han tenido una rotura o cualquier problema en Madrid, pero sabemos que lo han tenido en su país y han cogido un avión porque les resulta más barato venir a Madrid que esperar en su país". Así que para Aguirre, "sólo los censados en Madrid computarán" a la hora de contar esos 30 días de espera.

Aguirre ya había expresado esta teoría del turismo sanitario en una entrevista a EL PAÍS: "Una doctora de Getafe me dijo que vienen aquí de Holanda y Francia a hacerse los TAC porque allí cuestan dinero y aquí no". "Si van a venir a operarse la cadera, por ejemplo, no sólo de Castilla-La Mancha y de Andalucía, sino también de Marruecos, de Ecuador, de México, habrá que ponerse de acuerdo todas las comunidades para tener un sistema de equilibrio financiero". (Véase EL PAÍS de 28 de diciembre de 2003).

"Carné genético"

Lo que no concretó la presidenta es cómo se gestionarán las listas de espera quirúrgicas para que sean sólo los censados en Madrid los que no esperen más de 30 días para ser operados. La presidenta aseguró que ya se ha redactado el plan de gestión y seguimiento de las listas de espera, aunque afirmó que "todavía no está presupuestado".

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El portavoz del grupo parlamentario socialista en la Asamblea de Madrid, Rafael Simancas, reclamó "seriedad" y "rigor" a Aguirre. Simancas se preguntó "si doña Esperanza Aguirre se va a colocar en la puerta de los hospitales madrileños y va a hacer la prueba del Rh a todos los que entren" y "cuántas generaciones de madrileños hace falta esgrimir en el carné genético para que la presidenta considere un deber cumplir su promesa".

La presidenta aseguró que "siempre se había referido a los madrileños" cuando adquirió el compromiso electoral de dimitir ni no lograba reducir a un mes la lista de espera quirúrgica antes de noviembre de 2005. Sin embargo, en la página 103 del programa electoral del PP para la comunidad de Madrid se lee: "Con carácter general, se asegurará que ningún paciente espere más de 30 días para se le realice la operación quirúrgica prescrita por su médico".

Simancas insiste en que, en el debate electoral celebrado en mayo pasado en Telemadrid en el que Aguirre adquirió este compromiso, la entonces candidata "no habló de condición alguna más que de ser usuario de la sanidad pública madrileña". Simancas afirma que las promesas electorales son "compromisos sagrados en democracia", y apuntó que "si Aguirre está planteando paños calientes y prevenciones a dos años del cumplimiento de su promesa, qué excusas no planteará de aquí hasta entonces".

Por su parte, el portavoz del PP en la Asamblea, Antonio Beteta, explicó que "es obvio y natural que ese compromiso se refiriese sólo a los madrileños". Beteta argumentó: "Los esfuerzos que se van a hacer, como unas contrataciones muy fuertes para llevar a cabo dobles turnos en los hospitales y para la utilización de la medicina privada para hacer un programa de choque contra las listas de espera, lo vamos a pagar los madrileños con nuestros impuestos y obviamente debe ir dirigido a los madrileños".

Agregó que "los que vienen de otras comunidades, si esas comunidades autónomas no lo pagan, obviamente no podrán incorporarse a estas circunstancias".

El portavoz de IU en la Asamblea de Madrid, Fausto Fernández se mostró escéptico con las declaraciones de la presidenta: "Todos sabíamos que en ningún momento Aguirre se planteó dimitir si no cumplía este compromiso. Su proyecto es derivar clientes de la sanidad pública a la sanidad privada aunque ella no se atreva a decirlo claramente".

En cuanto al hecho de que Aguirre vaya a diferenciar entre pacientes empadronados en Madrid y el resto, Fernández asegura que su grupo político está "en contra de cualquier paso atrás que se dé en cuanto al derecho a una sanidad gratuita y universal".

Esperanza Aguirre, <i>escoltada</i> por el vicepresidente Ignacio González, a su izquierda, y el consejero de Educación, Luis Peral.
Esperanza Aguirre, escoltada por el vicepresidente Ignacio González, a su izquierda, y el consejero de Educación, Luis Peral.EFE

"Un Gobierno con el mayor nivel intelectual de la historia del Estado de las autonomías"

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, hizo ayer balance de sus primeros 100 días al frente del Ejecutivo. Y quiso poner el acento en el grupo de personas del que se ha rodeado para formar ese Gobierno. "La formación de nuestro Gobierno vino a cerrar un periodo de incertidumbre e inestabilidad por el que se perdieron más de cinco meses de gestión", dijo, en referencia a la crisis de la Asamblea protagonizada por los dos diputados traidores del PSOE (Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez).

Aguirre aseguró que uno de sus mayores logros durante estos primeros 100 días al frente del Ejecutivo regional ha sido superar las complicaciones que supone "encontrar a las personas" más adecuadas para formarlo. Y manifestó que su Gobierno tiene un "altísimo nivel de preparación. El mayor nivel intelectual de la historia del Estado de las autonomías", dijo.

Pero también tuvo la presidenta un momento de modestia en el que admitió que en estos días "se habían cometido algunos errores". Se refirió, por ejemplo, al proyecto de las Brigadas de Seguridad de la Comunidad de Madrid (Bescam). Según la presidenta, fue "el nominalismo", la denominación de esas brigadas lo que llevó a que se "perdiese de vista su objetivo fundamental". Pero Aguirre volvió a reafirmar ayer su compromiso de que al final de la legislatura haya en las calles de la Comunidad de Madrid "5.500 policías más". La seguridad es una competencia de los ayuntamientos y Aguirre manifestó que no es voluntad de la "Comunidad de Madrid invadir competencias de nadie". Después lanzó un mensaje a los alcaldes de la región: "El que quiera quedarse fuera (del proyecto de seguridad) es libre de hacerlo, y responderá frente a sus electores".

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