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Reportaje:

Antropología urbana y lecciones de física

Arbus, Levitt y Edgerton o tres usos de la fotografía como documento

Una bala captada en el instante preciso en el que atraviesa una manzana, unos niños que juegan en las calles de Harlem o un travesti que posa desnudo ocultando su sexo. Son imágenes captadas por fotógrafos movidos por el mismo afán: documentar la realidad. O, mejor dicho, realidades. Porque Harold Edgerton, Helen Levitt y Diane Arbus -autores cuyas exposiciones se incluyen en el programa de PhotoEspaña, el festival de fotografía que hoy se inaugura oficialmente- se sitúan en distintos puntos de un amplio espectro en el que la objetividad y la subjetividad se mezclan en distintas proporciones.

En un extremo estaría Edgerton (1903-1990). Formado como ingeniero electrónico en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), dedicó su carrera a diseccionar el movimiento imperceptible para el ojo humano. Y lo logró gracias -patentó 40 inventos- al flash estroboscópico que, con velocidades de destello de una millonésima de segundo, le permitió congelar el instante en que una gota de leche golpea una superficie y se convierte en una suerte de corona o el recorrido de la raqueta de un tenista en el momento de efectuar un saque.

José Gómez Isla, comisario de la exposición Anatomía del movimiento, que recoge en la sala de exposiciones del BBVA 95 imágenes de Edgerton, considera que este fue, ante todo, "un investigador y un científico en busca de nuevos modos de ver y percibir el mundo".

Si la cámara, en manos de Edgerton, es un instrumento de laboratorio -capaz, eso sí, de producir algunas de las imágenes más "bellas y asombrosas del siglo XX", según Gómez Isla-, Levitt (1913-2009) encontró el medio para "construir una historia de los que carecen de las fuentes documentales escritas, propias del mundo de la alta cultura, y que quedan al margen de la historia oficial". Así lo explica Jorge Riabalta, responsable de la exposición Helen Levitt. Lírica Urbana. Fotografías 1936-1993, que recoge 120 imágenes realizadas en las calles de Nueva York y de México entre 1936 y la década de los noventa. Armada con una Leica, la cámara que liberó al fotógrafo del trípode y del punto de vista del ojo -Robert Frank disparaba desde la cadera-, Levitt es una de las mejores representantes de la fotografía de calle. En su caso, todo un tratado de antropología urbana construido a base de escenas cotidianas de los barrios menos favorecidos de Nueva York.

Diane Arbus (1932-1971) prefirió especializar su mirada en una realidad que otros no quisieron ver y se convirtió en cronista de otra marginalidad: la de los freaks que tanto adoraba, lisiados, deformados, deficientes mentales, travestis o simplemente excéntricos. La galería La Fábrica muestra 20 imágenes que la fotógrafa realizó en distintas etapas de su vida.

Anatomía de un instante. BBVA. Paseo de la Castellana, 81. Lírica Urbana. MUICO. Zorrilla, 3. Selected Photographs. La Fábrica. Alameda, 9.

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<i>Gussie Moran, flash múltiple en un servicio de tenis, 1949,</i> de Harold Edgerton.
Gussie Moran, flash múltiple en un servicio de tenis, 1949, de Harold Edgerton.

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