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Arganda del Rey cede un muro para homenajear al artista Muelle

Ocho 'grafiteros' realizarán la obra en una pared de 350 metros

Muelle es una firma que casi todos los madrileños conocen. El artista Juan Carlos Argüello se escondía tras esa firma que estampaba en los muros más inaccesibles de Madrid. El Ayuntamiento se encargó de eliminar todos esos grafitos. Ahora, el Consitorio de Arganda del Rey ha facilitado un muro de 350 metros cuadrados para que ocho grafiteros le rindan un homenaje cuando se cumplen ocho años de su muerte.

El 1 de julio de 1995, víctima de un fulminante cáncer de hígado, moría en Madrid Juan Carlos Argüello. Le quedaban sólo dos meses para cumplir treinta, y aunque su nombre no decía nada, su muerte conmocionó o a un gremio entonces incipiente, el de los jóvenes que les gustaba estampar su firma por los muros y paredes de la ciudad. Juan Carlos Argüello, que tocaba la batería en varios grupos de rock, era Muelle, el célebre grafitero que durante los años ochenta plasmó su firma por miles de rincones de Madrid. Un artista del rotulador y el aerosol que siempre respetó monumentos y edificios históricos y que dejó su impronta en un Madrid que vivía sus mejores momentos de agitación cultural.

El Muelle se convirtió en una leyenda; pocos le conocían, pero el logo de su alias no pasaba inadvertido. Hasta una célebre marca de colchones llegó a ofrecerle una tentadora cifra de millones de pesetas para la campaña publicitaria de uno de sus nuevos modelos. Juan Carlos la desestimó, pues su idealismo innato le llevaba a creer que no había inventado esa firma, fruto de una derivación que con su apellido le hicieron de pequeño los compañeros del colegio, para lucrarse.

Ocho grafiteros de Madrid se han unido, cuando va a cumplirse el octavo aniversario de la muerte de Muelle, para rendirle un homenaje y decorar una pared con una gran pieza, coloreada como las últimas que hizo, con la firma de todos a su lado. Pidieron permiso al Ayuntamiento de Madrid, pues creían que un muro del centro de la ciudad sería el lugar adecuado para el homenaje, ya que en su entorno era por donde solía operar. La respuesta fue negativa, y empezaron a rastrear muros periféricos con ayuntamientos que acogieran con agrado la idea.

Arganda del Rey se prestó. Una pared de 50 metros en medio de una barriada cuyas calles tienen nombre alusivos a Cervantes y los personajes y situaciones de El Quijote fue la elegida. Casi 350 metros cuadrados de muro virgen para que el Muelle vuelva a firmar después de que muchas de sus piezas fueran eliminadas por el Ayuntamiento de Madrid.

Con todos los permisos precisos y cerca de 200 botes de aerosol Fer, Pastron 7, Remebe, JYS, Glub, Max 501, Larry 88 y Shat II se plantaron el viernes por la tarde ante la pared de la calle de Alonso Quijano, de Arganda del Rey, para preparar su superficie.

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