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El Ayuntamiento de Madrid renegocia su hipoteca

Gallardón debe pactar otro plan desaneamiento con el ministerio de Solbes

Cristina Delgado

Madrid está con el agua al cuello. Cada ciudadano debería desembolsar 1.184 euros para eliminar la deuda del Ayuntamiento. Una pesada carga que asciende a 7.200 millones de euros. Para dar una idea de la situación, la deuda municipal por habitante en Barcelona es de 190 euros.

La hipoteca de Madrid se debe a las obras de la M-30. Es tan pesada que obligó al Consistorio a elaborar un plan de amortización tutelado por el Ministerio de Economía. Pero ese plan ha vencido. Y hay que renovarlo.

En el plan económico financiero acordado en 2005 entre Ayuntamiento y ministerio, se establecía que en 2008 la ciudad alcanzaría una deuda máxima de 5.947 millones. A partir de ahí, se reduciría. Los responsables municipales reconocen que lo han incumplido por culpa de la crisis. Un nuevo acuerdo no será fácil. Ya no se fían de ellos. Fuentes de Economía coinciden en que "se ha incumplido". La deuda municipal es de 1.253 millones más que la pactada. Y los ingresos municipales son menores de lo esperado. "Es cierto que incumplimos. Pero no pueden imputárselo al Ayuntamiento, porque la situación actual era imprevisible. La culpa es de la crisis y de la caída a plomo de la venta de suelo", justifica Juan Bravo, concejal de Hacienda.

Bravo está tratando de convertir otros 1.200 millones de déficit en deuda
No hay riesgo de quiebra, pero hacen falta cambios, según los expertos
El edil reconoce que no ha cumplido el plan de amortización
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"La culpa es de la crisis y de la caída a plomo de la venta de suelo", justifica

Para agravar la situación, Madrid registró un déficit de 1.200 millones en 2008. El Ayuntamiento pretende financiar esos 1.200 millones elevando más la deuda, pero necesita una autorización de Hacienda. Si la consigue engordará aún más la hipoteca municipal.

Esto supone un obstáculo para acordar el nuevo plan económico financiero. "Hemos propuesto una prórroga. El ministerio parece que prefiere que pactemos un nuevo plan a largo plazo. A mí me da igual", apunta Bravo. El ministerio indica que una prórroga sería ilegal. "Para 2009 me someteré a la tutela del ministerio, pero tienen que dejar que financie la deuda de 2008", exige Bravo.

Por el momento ya se han llevado a cabo dos reuniones, varias conversaciones telefónicas y una petición oficial, según Bravo. "Sacaré al mercado cerca de 500 millones (del déficit). Y ya tendré algo para empezar a trabajar", asegura. "Si el ministerio no me lo permite, tendré que financiar la deuda con los proveedores, aumentando los plazos de pagos. Y eso ahogaría a muchas empresas pequeñas", amenaza.

El pacto para un nuevo plan vendrá después de la financiación. Pero por el momento parece que todo está en punto muerto. ¿Y ahora qué? "El Estado no tendrá más remedio que aceptar el endeudamiento", lamenta el experto Mikel Huesa, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Complutense de Madrid y vinculado a UPyD. "No es tan problemático. Hasta hace pocos años todos los ayuntamientos tenían deudas, incluso en el gasto corriente. Ya se ha reducido el presupuesto para 2009 [un 1,68%] y si se permite al Ayuntamiento pagar poco a poco, conseguirá saldar las cuentas", asegura confiado Francisco Velasco, director del Instituto de Derecho Local de la Universidad Autónoma de Madrid.

La deuda de la ciudad ha encontrado un callejón sin salida por culpa de la caída del ladrillo. El pasado año, los ingresos que provenían del sector vivienda, sustento principal del municipio, cayeron bruscamente.

"El problema es que se ha estado usando la vivienda como un ingreso ordinario, cuando es extraordinario", reconoce Bravo. "La deuda es normal. Está ahí porque las expectativas fallaron", explica Velasco. Añade que no hay que darle tanta importancia, porque "lo normal es que un ayuntamiento tenga déficit".

Huesa no lo ve tan normal. Cree que no se están tomando los pasos adecuados. La clave, dice, reside en que el gobierno local no reduce los gastos corrientes. "En lugar de eso, incluso ha aumentado el sueldo de los cargos públicos", critica. La única solución que ha aplicado, reprocha, es la de subir los impuestos. Ciertamente, para 2009 se prevé recaudar en tasas un 28% más. "No puede ser que tengan que cargar con todo los ciudadanos", critica. Bravo también lamenta la medida. Asegura que se trata de decisiones "políticamente muy costosas", pero de la tasa de basuras prevén recaudar 200 millones extras.

La deuda que acumula Madrid es mayor que la del resto de ayuntamientos de capitales de provincias españolas juntas (6.349 millones), según los últimos datos del Banco de España. Aun así, según los expertos, creen que la situación municipal no es tan grave. Eso sí, todos coinciden en que sin ajustes, la situación se complicará más.

"Lo cierto es que esta crisis sirve para revisar el modelo de financiación local. Estudiar la eficacia del gasto y de los ingresos", apunta César Cantalapiedra, de Analistas Financieros Internacionales (AFI). Con la llegada de las vacas flacas, apunta, los ayuntamientos han comenzado a reclamar más participación en los ingresos que recibe el Estado y las comunidades autónomas, como el IRPF o el IVA. "Lo que no puede ser es que se recorten inversiones ahora, porque suponen trabajo y servicios básicos para los ciudadanos", apunta Huesa, que defiende "un comportamiento más austero".

En la línea opuesta se sitúa Velasco, que considera que el Ayuntamiento tiene las manos atadas. Reducir el gasto corriente "es imposible, porque básicamente engloba sueldos de funcionarios y dinero de material".

El Gobierno, sostiene, no puede ser tan estricto imponiendo déficit cero. Si lo hace deberían dar más herramientas de ingresos."Lo que es indudable en 2009 es que, como en el caso de las empresas, para algunas administraciones públicas también será más complicado conseguir financiación", recuerdan en AFI.

"Sé que no tendré problemas a la hora de sacar la deuda al mercado, no estaremos más penalizados que otros, porque no será comparada con la de otros ayuntamientos, sino con la de administraciones como las comunidades autónomas. Al fin y al cabo, nosotros generamos más riqueza que 15 comunidades de este país", zanja confiado Bravo.

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Sobre la firma

Cristina Delgado
Es subdirectora y se encarga de la edición digital de EL PAÍS. Antes fue redactora jefa de Economía, sección en la que se incorporó al periódico, en 2008. Licenciada en Periodismo y en Comunicación Audiovisual, ha realizado el máster UAM-ELPAIS y posgrados de información económica y gestión.

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