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Boadilla del Monte, en el epicentro de la trama

Correa extorsionaba al ex alcalde Panero

"¿No ves que tengo a Arturo pillado con ese vídeo?". El papel que Francisco Correa desempeñaba en Boadilla (42.000 habitantes) se resume con esta frase lanzada por el capo del Gürtel a Felisa Jordán, una de las contables de la trama y actual imputada. Jordán revela en el juzgado cómo Correa extorsionaba al ex alcalde de Boadilla Arturo González Panero. Ante las reticencias de la contable, Correa le espeta: "No seas tonta, ¿no ves que le tengo comiendo de mi mano?". El jefe de la trama corrupta le cuenta que tiene un vídeo sobre el Albondiguilla (sobrenombre que daba a González Panero) en el que, supuestamente, se le observa contando una gran cantidad de dinero. Es la comisión que Correa le entregó en 2005 por adjudicar una parcela a la constructora UFC a pesar de que su oferta era tres millones de euros inferior a las rivales.

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La empresa pertenece a otro de los imputados de la trama, José Luis Ulibarri. Aquel contrato llegó en octubre de 2005. Pero las actividades del Gürtel en Boadilla comienzan años antes, cuando el único negocio de la red era la organización de viajes a través de Pasadena. En 1999 el Ayuntamiento contrata por primera vez a esta empresa. Es una de las sociedades que organiza los actos al PP nacional y llega recomendada.

El ex alcalde, mientras, se niega a marcharse del Consistorio.

Correa tejió su red hasta convertir este próspero municipio del oeste de la región en el epicentro de la trama, el mejor negocio de la red. Sólo un contrato de UFC, por 35 millones de euros, supera 11 veces la cantidad que el conglomerado de las empresas del Gürtel facturaron a la Comunidad de Madrid entre 2004 y 2008.

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El Ayuntamiento de Boadilla era refugio y plataforma de operaciones de varios de los imputados de la trama corrupta. Accedían sin problemas a los despachos del Ayuntamiento de Boadilla. Alfonso Bosch, diputado regional, era el gerente de la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo de Boadilla (EMSV), y desde allí intermedió para adjudicar contratos a empresas vinculadas con la trama. Tomás Martín Morales, estrecho colaborador y amigo de Correa, era el consejero delegado de esta sociedad pública que controlaba el urbanismo en la localidad (EMSV). Desde su posición intervino para favorecer a sociedades que proponía Correa. Martín Morales colocó a su mujer en el Ayuntamiento de Boadilla sin avisar a los responsables de la red.

Las actividades de la trama en Boadilla comienzan en 1999. González Panero contrata varios viajes con Pasadena Viajes, una de las firmas de la red corrupta. El alcalde viaja en 2002 a Miami acompañado de Francisco Correa y Gerardo Galeote, otro de los imputados que ocupaba un cargo en la empresa de deporte municipal. En esos años, el Ayuntamiento también encarga la organización de varios actos a Servimadrid Integral.

Los personajes relacionados con la trama en Boadilla gozaban de un elevado nivel de vida. Todos han cobrado de la trama corrupta, según se desprende del extracto del sumario hecho público esta semana. Tienen cuentas personales en la caja B de las empresas de la trama. Lucen potentes coches, lujosas casas, frecuentes viajes y mucho dinero.

Miembros de la investigación hallan un pendrive que contiene la contabilidad del dinero negro de la red. En el archivo BOX V51, una de las cajas de seguridad aparece una entrada de 900.000 euros y varios apuntes de retirada de efectivo en mayo de 2007 con el epígrafe: "Entrega Tomás Martín en oficina". Las tres partidas son de 150.000, 200.000 y 300.000 euros (660.000). Contienen en las observaciones las referencias "Santo Albondiguilla" y "Albondiguilla América".

La ambición crece y el negocio despega. La historia del caso Gürtel en Boadilla se concentra en cuatro grandes operaciones: la adjudicación de la Oficina de Atención al Ciudadano a Easy Concept a principio de 2005 por 506.000 euros anuales durante 14 años; la concesión en septiembre de 2005 de 32 locales comerciales y 180 plazas de aparcamiento a una empresa de Ramón Blanco Balín, asesor financiero y testaferro de Correa, por un canon anual de 320.000 euros; y también se atribuye al caso la adjudicación de una parcela a UFC en octubre de 2005 por 27 millones de euros, y la concesión de la obra de la Ciudad Deportiva de Boadilla a la Constructora Hispánica en mayo de 2007 por unos 30 millones. Tomás Martín recibió días después 660.000 euros de la red corrupta.

La trama hizo jugosos negocios logrando para las constructoras algunos contratos municipales a cambio de comisiones. González Panero, según la investigación judicial, recibió parte del pastel. Fue agasajado con dádivas y dinero. Recibió 135.409 euros de la caja B, según el sumario, más otros 510.000 atribuidos con Tomás Martín.

Pero no sólo hubo sobres repletos de billetes. Los cabecillas del Gürtel también se ocuparon del armario del ex alcalde. Le regalaron trajes de Milano. En la contabilidad B aparece que también recibió una televisión de plasma. Jordán contó que le consiguieron una rebaja en sus clases de golf. Todo estaba controlado. Boadilla era el trampolín de Correa que engordaba el negocio gracias a su amistad con Alberto López Viejo, el ex consejero que organizaba todos los actos a la presidenta regional, Esperanza Aguirre. A la Comunidad le facturó tres millones de euros. Y también contrató para el partido por una cantidad aún desconocida. López Viejo y González Panero eran grandes amigos.

En febrero cuando estalló el caso Gürtel, el PP nacional forzó la suspensión de militancia del ex alcalde. Se hizo el remolón para dimitir de la alcaldía y se lo hizo para abandonar el poder que tanto le ha dado. Ahora el ex edil se resiste a abandonar la política. El pasado martes se hizo pública parte de la investigación judicial y la dirección regional del PP, que preside Aguirre, no tardó en actuar. Ordenó expulsar a los imputados de los grupos del PP en las diferentes administraciones. Pero Panero ha esquivado la orden.

Información elaborada por J. Sérvulo González, Pilar Álvarez y Daniel Borasteros.

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