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Caja Madrid cierra una cuarta parte de sus centros de mayores y bibliotecas

La entidad alega motivos presupuestarios y de reorganización

La Obra Social de Caja Madrid tiene previsto cerrar uno de cada cuatro de sus centros de mayores y de bibliotecas. La entidad está en pleno proceso de revisión de su red de centros socioculturales, creada hace más de 30 años, para decidir qué equipamientos se han quedado obsoletos o entran en competencia con los de Ayuntamientos y Gobierno regional y cuáles, en cambio, deben remodelarse y potenciarse. El número de cierres está entre los 10 y 15 centros de mayores, de un total de 39 (29 en la región, nueve en Castilla-La Mancha y uno en Ceuta) y otras tantas bibliotecas (de una red de 39; 33 de ellas en la región), según fuentes de la entidad.

Esta redefinición de la red se enmarca dentro de los "recortes presupuestarios" que está llevando a cabo la caja. Los gastos de los centros socioeducativos de la Obra Social deben reducirse entre un 30 y un 35%, según un portavoz. La entidad ya ha cerrado todos sus centros de mayores por las vacaciones de verano, algo inusual, ya que siempre permanecían abiertos en julio e incluso en agosto. La caja pretende así ahorrar gastos. "Por temas presupuestarios no llegábamos a fin de año y decidimos cerrar también el mes que menos usuarios tiene", explica el portavoz.

Varias bibliotecas de la Obra Social ya han cerrado "por la crisis"
Desde la entidad insisten que potenciarán otras instalaciones

Los 39 centros de mayores (14 en Madrid capital, 15 en el resto de la región, nueve en Castilla-La Mancha y uno en Ceuta) de Caja Madrid tienen casi 130.000 usuarios registrados. En cada uno trabaja un técnico de animación sociocultural que planifica actividades, talleres y conferencias relacionadas con la salud (gimnasia, expresión corporal, talleres de memoria, yoga, taichi, pilates...), la cultural (poesía, videoforums, teatro), idiomas y nuevas tecnologías, etcétera.La Obra Social está estudiando qué centros cierran definitivamente en septiembre, analizando cuáles son "redundantes". "La red se creó hace treinta y tantos años en barrios o ciudades donde no había servicios. Hace tiempo se vio que esa red había cambiado y que las Administraciones públicas habían hecho las suyas, con mejores instalaciones", señala el portavoz.

Los cierres aún están en estudio, pero hay 20 centros bajo la lupa del recorte. Entre los que tienen más posibilidades de no volver a abrir en septiembre están los de Ciempozuelos, Hoyo de Manzanares, Morata de Tajuña (donde ya cerró la biblioteca, el auditorio y la sala de exposiciones) y Carabanchel, que aún no ha abierto tras una remodelación ya acabada. A esos se suman otros dos en Ciudad Real (en Pedro Muñoz y Miguelturra). Pueden ser beneficiarios de estos centros los clientes de Caja Madrid mayores de 60 años, con más de cinco años de antigüedad como clientes y que además tengan su pensión domiciliada.

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En cuanto a las bibliotecas, algunas ya han cerrado. Es el caso de la de Colmenar Viejo, la del Barrio de Doña Carlota (Vallecas), la de Torrejón de Ardoz, la de Aluche (el sábado pasado fue el último que abrió al público) y la de Vicálvaro. En este último caso el cierre se debió a que el aire acondicionado no cumplía la normativa y debía sustituirse, para lo que no había presupuesto. Obra Social no descarta que pueda reabrir.

Desde la caja insisten en que otros centros se potenciarán. Entre ellos, el de San Cristóbal de los Ángeles (Villaverde), "que tiene mucha demanda para la biblioteca infantil", señalan. "No vamos a rebajar la calidad de los servicios que damos, sino todo lo contrario", afirma el portavoz de Obra Social. "Donde no hay servicios, por baja que sea la ocupación, vamos a seguir manteniendo nuestros centros". Caja Madrid está inmersa en una política de recortes de gasto desde que, a mediados de junio, se formalizó su fusión fría con Bancaja y otras cajas de menor tamaño. En 2009, Caja Madrid destinó casi 195 millones de euros a obra social.

Biblioteca de Doña Carlota, en Vallecas, cerrada al público.
Biblioteca de Doña Carlota, en Vallecas, cerrada al público.CRISTÓBAL MANUEL

Trabajadores en vilo

"Estamos a la expectativa", resume Rafael Mora, técnico en animación sociocultural, al lado de una pancarta en la que se lee "Obra antisocial Caja Madrid". El martes pasado Mora era uno de los trabajadores y usuarios de los centros de mayores que se concentraron durante más de hora y media frente a la sede de la Obra Social de la caja. Estaban allí porque sus empleos, en unos casos, y sus lugares de reunión y ocio, en otros, peligran. Mora lleva seis años trabajando en el centro de Getafe. "Encadenando contratos de obra y servicio. Hasta ahora, en junio firmábamos el finiquito y renovábamos para el curso siguiente, pero este año, no", explica.

Los centros de mayores de Caja Madrid están gestionados por dos empresas subcontratadas, Hartford y Arjé Formación, que emplean a un técnico por centro y a varios monitores que se reparten entre varias instalaciones. Pese a que estas empresas firmaron el último contrato -acabó el 30 de junio- directamente con Caja Madrid, hace unos meses pasó a Gecesa, que es la que ha decidido cerrar los centros en verano para ahorrar. "Renovaremos el contrato a partir de septiembre. Ahora estamos empezando una nueva negociación", asegura un portavoz de la empresa.

Mientras, los usuarios de los centros se han movilizado. En algunos, como en Getafe, han empezado a recoger firmas y también han creado un grupo de Facebook. Meren Gadea, de 67 años y usuaria del centro de San Fermín, estaba el martes en la concentración. Su centro ya está cerrado desde abril, por obras. "Ahora vamos a hacer gimnasia a los de otros barrios", explica. Como ella, Pilar García, de 74 años, acudió para defender la supervivencia de su centro, en Surbatán. "Yo te aseguro que como esto no se arregle me llevo la nómina", le decía otro jubilado. Mercedes, de Ciempozuelos, se declaraba "supercabreada".

La federación de Servicios Públicos de UGT calcula que hay 150 puestos de trabajo en juego, aunque en realidad los técnicos afectados son unos 40. "No nos vamos a dar por vencidos", advierte el responsable de Intervención Social del sindicato, Ernesto Olmedillas. Gecesa sólo se responsabiliza de los trabajadores de las bibliotecas, puesto que es personal propio. "Los recolocaremos a todos", asegura el portavoz. En cambio, sobre los técnicos y monitores Caja Madrid no tiene ninguna responsabilidad.

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