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Carrera de obstáculos para la izquierda

Hace 14 años que la izquierda no gobierna en la Comunidad, dos décadas en la capital - Problemas internos, cambios sociológicos y urbanos explican las derrotasExpertos, sindicatos y dirigentes de PSOE e IU analizan las causas de las continuas derrotas electorales

Jesús Sérvulo González

El PP domina Madrid. Se siente cómodo en una región que controla sin agobio desde hace 14 años. Y en la que poco a poco va ampliando su influencia. El tradicional cinturón rojo del sur se va diluyendo y cada vez es más azul. Conquistar la capital se ha convertido en un reto casi utópico para la izquierda. El PP dirige la capital desde 1989. Desde entonces muchos votantes progresistas se han abonado a la abstención. La izquierda no está movilizada. ¿Por qué?

"No hay un solo motivo", se apresura a explicar Carlos Lles, profesor de sociología de la Universidad Carlos III. "El fracaso de la izquierda es fruto de una conjugación de fenómenos sociales, urbanos, políticos...". Este experto destaca tres: "El auge del individualismo, el voto exquisito de la izquierda y una configuración urbana que ha expulsado a las clases obreras de las ciudades". El experto señala a la aparición de las "clases medias agobiadas", parejas jóvenes con dos sueldos, una abultada hipoteca, y preocupados por el gasto de la educación de sus hijos, el transporte... como uno de los grupos acogidos por la derecha. "Votan influidos por un sentido individualista y conservador. No tienen una ideología muy definida", precisa.

"Ya ganamos en 2003. Pero pasó lo que pasó", recuerda Simancas
Los dirigentes históricos reclaman continuidad en las candidaturas

La ausencia de la izquierda también tiene su origen en cambios urbanos. A mediados de los años ochenta con el crecimiento de las ciudades se produjo una expulsión de las clases medias urbanas a la periferia. José Ramón Montero Gibert, catedrático de Ciencia Política en la Autónoma, explica que estos votantes se trasladaron desde partidos progresistas o centrados, como el PSOE o CDS, a otros más conservadores, como el PP. "Entonces se produjo un desgaste de la oferta del PSOE. No supieron ofrecer soluciones a los nuevos habitantes de la periferia". Además, a partir de los noventa Madrid vivió una explosión económica. La industria ha dejado paso a los servicios como motor de desarrollo. Y en este sector el voto está más repartido. "Durante años se ha producido una desestructuración política de la izquierda. No han sabido articular un mensaje claro".Una cosa está clara. Madrid no es de derechas. En esto hay consenso. "Muchos de los perfiles sociales de la región podrían votar partidos socialdemócratas, modernos y rejuvenecidos", aduce el experto en procesos electorales.

Han pasado más de 20 años desde que Juan Barranco fue desalojado del Ayuntamiento de Madrid tras una moción de censura entre CDS y PP. Desde entonces la izquierda sólo ha conocido la oposición. El ex alcalde socialista considera que "se ha ido perdiendo el movimiento ciudadano. Antes tenía mucha fortaleza, había contestación por todo. La derecha es menos sensible a estas reivindicaciones", comenta. Barranco sabe de lo que habla porque padeció muchas manifestaciones desde la plaza de la Villa, antigua sede de la alcaldía.

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El ex alcalde añade con tono de lamento: "Además, nuestros votantes son más críticos". Y lo explica: "Lo que ahora ocurre (el caso de corrupción Gürtel en administraciones del PP) nos sucede a nosotros y estamos muertos. A la derecha no le afecta tanto la corrupción". Es "el voto exquisito de la izquierda". Más sensible a escándalos y menos motivada.

Barranco está convencido de que ganar en Madrid es posible. "Nos tenemos que sacudir el pesimismo", sentencia. El ex secretario general de los socialistas madrileños, Rafael Simancas coincide: "Ya ganamos en 2003. Pero pasó lo que pasó", repite con amargura. Y lo que pasó fue que dos tránsfugas de su partido, Eduardo Tamayo y Maite Saez se ausentaron de la cámara regional durante la investidura e impidieron un gobierno entre PSOE e IU, el Tamayazo. Desde entonces el PSM no levanta cabeza. En el Ayuntamiento se ha producido un desfile de candidatos socialistas de los que no queda ni rastro. "No puede servir para que se fogueé gente y luego ocupen otros cargos en la administración. No es un sitio de paso. Hay que hacer equipos y trabajar durante un tiempo. Gallardón estuvo ocho años en la oposición hasta ganar", recuerda. El ex alcalde critica con dureza como en la última lista del Ayuntamiento se han ido cinco o seis concejales.

Por su parte, Simancas explica que "en el último mandato se dieron unas circunstancias especiales. El PP convirtió Madrid en el centro de operaciones contra el Gobierno de Zapatero. Todos los fines de semana había manifestaciones", justifica. Durante su primera legislatura, Aguirre elevó la inversión a costa de una deuda muy elevada. El resultado: kilómetros de metro y hospitales. "Y eso tiene mala oposición", dice un histórico dirigente.

Tras años de sudores al frente del PSM, Simancas ha sacado una conclusión: "Los madrileños consideran que la política de Madrid es la nacional". Y precisa: "Lo regional importa menos. El electorado madrileño se identifica menos con su comunidad que un catalán, o un extremeño". La prueba es clara. La participación en las autonómicas es de media 10 puntos inferior a la de las generales. Y la baja participación no perjudica a la izquierda. Enrique Guerrero, miembro de la dirección actual de los socialistas cree que "hay una homogeneización en el comportamiento del electorado. Cuando en España le va mal al PSOE, en Madrid le va mal al PSM". Este hombre de partido destaca el "efecto de debilitamiento de los partidos cuando están en la oposición. Se pierde influencia mediática", justifica.

Pero esta teoría no es tan relevante para el último presidente regional de izquierdas, Joaquín Leguina. El histórico dirigente se muestra crítico con la situación actual y echa de menos un discurso propio. "No podemos hacer seguidismo ni de los sindicatos, ni de los ecologistas, ni de las feministas". Leguina cree que en los últimos años se han tomado decisiones erróneas en la selección de los candidatos y sus grupos. "El proceso es endogámico y se pierden criterios de calidad". "Además", añade, "en Madrid hemos caído en un argumento que no vale: 'que viene la derecha, que nos come'. Y cuando ha llegado... pues nada". Esa misma teoría defiende Ángel Pérez, portavoz de IU en Madrid e histórico diputado en la cámara regional. "En vez de reconocer que cada vez somos menos, sacamos pecho. Y lo que está representado es una parte ínfima de la sociedad. O la izquierda reconstruye los valores de solidaridad y trabaja por revitalizar los movimientos asociativos...", advierte con cierta acidez.

Desde los sindicatos reclaman reflexión y autocrítica. José Ricardo Gutiérrez, secretario general de UGT, considera que las propuestas de izquierda no llegan a los ciudadanos. Por su parte, Javier López, de CC OO, sostiene que la izquierda tiene que diferenciarse más de la derecha. "A la hora de la verdad el tranvía de Parla es igual que la de los hospitales de Aguirre", lanza. Lo cierto es que los datos dicen que Aguirre está acusando cierto desgaste, pero la izquierda no es capaz de capitalizarlo. Un histórico dirigente cree que no es tan difícil: "Hay mucho mileurista y mucha gente que lo pasa mal. Hay que ofrecerles una respuesta".

LO QUE OPINA LA IZQUIERDA

- Juan Barranco, ex alcalde de Madrid (PSOE). "Madrid no puede servir para que se foguee gente y luego ocupen otros cargos. Gallardón estuvo ocho años en la oposición"

.- Joaquín Leguina. Ex presidente de la Comunidad de Madrid (PSOE). "No vale hacer seguidismo de sindicatos, ni de ecologistas. Necesitamos un discurso propio".

- Ángel Pérez. Portavoz de IU en el Ayuntamiento de Madrid. "Hemos planteado la lucha con la derecha como un problema democrático y cuando gobiernan no asustan".

- Rafael Simancas. Ex líder del PSM. "Los madrileños creen que la política de Madrid es la nacional. Lo regional importa menos. Hay que enseñar que eso no es así".

- Enrique Guerrero, miembro de la dirección del PSM. "La derrota electoral provoca un efecto de debilitamiento. Se pierde influencia mediática".

- José Ricardo Martínez, secretario general de UGT. "El PP es capaz de explicar cosas que no hacen y nosotros no sabemos explicar lo que de verdad hacen".

- Javier López, secretario general de CC OO. "Hay que diferenciar los mensajes entre derecha e izquierda. Son parecidos".

- Carlos Lles, profesor de sociología de la Carlos III. "Hay varios factores. El individualismo, el voto exquisito de la izquierda y una nueva configuración urbana".

- José Ramón Montero Gibert, catedrático de política de la Autónoma. "Muchos perfiles sociológicos de Madrid pueden votar un partido socialdemócrata, moderno y rejuvenecido".

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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