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Reportaje:

¿Circo africano? No hay visados

La burocracia de Exteriores impide una actuación en los Veranos de la Villa

Era un espectáculo que prometía acrobacias, danzas rituales, pieles de ébano tintadas y música en directo procedentes del África profunda. La compañía Circo del Color, formada por 40 acróbatas y músicos nacidos en Etiopía, Tanzania, Kenia, Suráfrica, Costa de Marfil y Zimbabue, esperaba debutar en Madrid el 20 de agosto en los Veranos de la Villa con su espectáculo de circo acrobático Madre África, que ya ha sido presentado con éxito en giras por Australia, Estados Unidos, Alemania, Países Bajos y Escandinavia desde 2006.

Pero no contaron con la burocracia española, sumada a la particularidad de los países africanos. Por un lado, la expedición de visados sólo se realizaba a unas horas determinadas ciertos días a la semana, y por otro los artistas vivían en aldeas a kilómetros de distancia de las capitales, por lo que podían emplear días en autobuses por caminos polvorientos hasta llegar a la Embajada, y una vez allí, descubrir que estaba cerrada. Después de más de cuatro meses de gestiones, trámites y vuelva usted mañana, sólo cinco artistas de Etiopía consiguieron sus visados. Los otros 35 siguen esperando. La promotora española Colectivo Promoción Jazz decidió ayer suspender las actuaciones en Madrid, Murcia y Palma de Mallorca, ante la inseguridad de que los visados lleguen a tiempo. El Ministerio de Asuntos Exteriores no pudo ofrecer ayer explicaciones sobre lo ocurrido.

Al otro lado del Mediterráneo, los 40 artistas circenses, que durante todo el año ensayan solos en sus pueblos, todavía no salen de su asombro. Es la primera vez que un país les pone tantos problemas para entrar -las embajadas españolas les derivaban a la Subdelegación de Gobierno para solicitar un permiso de trabajo, hasta que entendieron que por ser artistas en una gira estaban eximidos de ese permiso- y, lo que es peor, que cancelan la actuación por un problema de papeleo. "Incluso en algunos casos tuvimos que enviar otro tipo de dinero para la policía local, para que agilizasen el certificado de antecedentes penales que les pedían. Pero cada vez que conseguían un papel, al día siguiente les pedían otro", describe por teléfono Hubert Schober, productor alemán que, junto a Winston Ruddle, dirige el espectáculo Madre África.

Les pidieron antecedentes penales, informes médicos, contrato con la promotora española e incluso certificado de una cuenta bancaria en su país de origen. Pero el escaso nivel económico de los acróbatas, su juventud -la mayoría tiene de 18 a 26 años- y la escasa red de oficinas bancarias en sus países hacían imposible conseguir el dichoso papel.

Finalmente, la compañía se olvida de pisar suelo español y se prepara para la próxima gira por algún país del norte de Europa.

"Nosotros hemos perdido ya 25.000 euros entre el abogado de extranjería que contratamos, los billetes de avión e incluso el seguro médico de cada uno de ellos, que también les pedían en su país de origen", explican resignados desde la promotora.

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