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Reportaje:

Cirugía estética para Los Jerónimos

Comienza la restauración de la fachada norte del templo gótico - La iglesia se cerrará al público en 2010 para iniciar una nueva fase de la reforma

La fachada norte de la iglesia de San Jerónimo el Real, el templo más visible y quizá el más visitado de Madrid, por su cercanía al Museo del Prado, acaba de comenzar una restauración que durará hasta el fin de año. Sus cresterías, gabletes, gárgolas y pináculos, así como sus paramentos de ladrillo y mampuesto, más su barandilla perimetral, han sufrido durante las últimas décadas una inquietante erosión: los ha pulverizado hasta la arenización, que la nueva actuación trata de atajar. Así lo confirma Francisco Jurado, arquitecto del templo desde 1986, responsable de esta intervención y autor del plan director que rige las reformas en esta gran iglesia madrileña, que cuenta con una feligresía de 4.000 almas. Con la capilla del Obispo, en la plaza de la Paja, es el único templo exponente del gótico isabelino en Madrid.

El arzobispado estudia la apertura de un museo y una cripta en el subsuelo
La obra ha obligado a cancelar las bodas previstas para el año que viene

Las obras se desarrollan a lo largo de la calle de la Academia -donde se abrirá un acceso nuevo- y son consecutivas a las que rehabilitaron el pórtico de la iglesia coincidentemente a la inauguración de la ampliación del Museo del Prado, en febrero de 2007. En esta ocasión las obras se extenderán al ábside, la zona anterior del templo frente a la calle de Moreto, y a la escalinata de la puerta principal, que mira hacia la calle de Ruiz de Alarcón, también enormemente deteriorada.

El arquitecto responsable de la actuación contempla acometer asimismo el saneamiento de los mojones de piedra de Novelda que jalonan la balaustrada perimetral del recinto eclesial, peligrosamente pulverizados: por debajo de estos hitos desfilan a diario miles de visitantes del Prado que descienden de sus autocares estacionados en esa vía.

Todo el frontal norte de esta parroquia madrileña ha sido ya andamiado. Las obras las ejecuta la empresa Geocisa, con 28 operarios sobre el terreno. El presupuesto barajado es de dos millones de euros aportados por el Ministerio de Cultura.

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A juicio de Francisco Jurado "el reto más importante es el de seguir la pauta sugerida por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que fue consultada previamente a la restauración". Según el arquitecto, "se nos propone conservar el ladrillo de los paramentos sin revoco, pero lo curioso es que la propuesta original de Narciso Pascual i Colomer, terciado el siglo XIX, era a base de paramentos revocados con mortero, en los que el ladrillo apenas era visible". Así se muestra en la fachada sur de San Jerónimo, ya restaurada, que mira al edificio de Rafael Moneo y alberga ahora el claustro barroco de Los Jerónimos integrado en la ampliación del Prado. "En esa fachada recuperaremos el revoco en el color original de los pináculos y cresterías, de tonalidad crema-ocre, que aplicamos en parte en la restauración del pórtico". A juicio del arquitecto, "al haber coincidido aquella reforma de comienzos de 2007 con la inauguración del edificio ampliado del Museo del Prado, la restauración pasó inadvertida, pero la gente no puede imaginar cuán deteriorado se encontraba todo: los pináculos, con un mero golpecito de mano, se desplomaban", explica.

"En esta fase de la restauración", añade Jurado, "recrearemos un contrafuerte que sujetaba el paramento delantero izquierdo y que había desaparecido". El muro sobre el que descargaba, por el interior del templo, alberga el cuadro La comunión de san Jerónimo, posiblemente el lienzo más grande de todo Madrid, con casi nueve metros de altura por casi cuatro de anchura. "El paramento se encuentra muy fisurado, por lo cual el contrafuerte no sólo supondrá la recuperación histórica de un elemento tectónico importante sino que, además, consolidará el muro de forma eficaz". Por otra parte, la zona absidial de la iglesia, que mira hacia la calle de Moreto, será nivelada, ya que ahora se encuentra realzada.

Con el arranque del año 2010, el templo, que permanecerá abierto hasta entonces, será cerrado para encarar una nueva fase restauradora. Para el año entrante han sido canceladas las previsiones de bodas, entre las más demandadas por las parejas madrileñas, según el párroco Julián Muñoz.

La prevista reforma interior cambiará el sistema de calefacción actual a base de estufas de carbón, por otro de suelo con calor radiante. El enlosado, de finales del siglo XIX, será remozado y se abrirá en el subsuelo un espacio en el que se contempla instalar un museo litúrgico. El patrimonio artístico, pictórico, textil y platero de San Jerónimo es limitado, pero valioso. Según la actual tendencia eclesial en Madrid, se estudia la apertura de una cripta para enterramientos. La decisión, de rango arzobispal, llevará un tempo lento.

En 1808, en las inmediaciones de San Jerónimo el Real, tropas napoleónicas que ocuparon y destrozaron la iglesia pasaron por las armas a patriotas madrileños cuyos cuerpos se cree que fueron sepultados en el subsuelo del templo. Otros documentos hablan del sepulcro de un gentilhombre de Felipe II. Éste, como casi todos los monarcas españoles, juró como heredero del Reino en el templo, sede de las Cortes de Castilla. Inaugurado en 1503 sobre planos atribuidos a Juan Guas, autor de San Juan de los Reyes, en Toledo, el templo jerónimo, muy alterado por vicisitudes sin cuento, conserva su estilo gótico isabelino en las nervaduras de la bóveda, en el coro y en el arco carpanel del sotocoro, así como en los ventanales apuntados del remate de su nave, en la cornisa y el pórtico.

Obras en la fachada norte de San Jerónimo.
Obras en la fachada norte de San Jerónimo.LUIS SEVILLANO

Vestigio isabelino junto al Prado

La construcción de San Jerónimo el Real fue iniciada a finales del siglo XV para albergar a la comunidad jerónima madrileña, muy vinculada a la Corona de Castilla. Hasta entonces estuvo asentada en el antiguo monasterio de El Paso, establecido desde el siglo XIV junto al río Manzanares.

La escasa salubridad del viejo cenobio aconsejó su traslado, que se produjo al finalizar en el año 1503 la construcción, en clave gótica isabelina, del templo y del convento. Tuvo luego un claustro barroco -atribuido a Juan Bautista Crescenci autor del panteón de reyes de San Lorenzo de El Escorial- que le fue añadido en el siglo XVII. Este claustro fue desmontado y trasladado en 2007 a la ampliación del Museo del Prado. Los jerónimos poseían un privilegio real sobre venta de libros litúrgicos. Al sufrir un incendio su almacén, Juan de Villanueva, a finales del siglo XVIII, construyó para tal menester el edificio ignífugo que hoy ocupa la Real Academia de la Historia, en la calle del León.

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