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EXTRACTO DEL PRIMER BANDO DE GALLARDÓN

"Ciudadanos de Madrid: la ciudad ha sido atacada"

Ciudadanos de Madrid:

La ciudad ha sido atacada. El 11 de marzo de 2004, el terrorismo que azota a todo el planeta, y que ya habíamos padecido antes, nos ha hecho víctimas, también a nosotros, de su vileza y su cobardía. Estudiantes, trabajadores y personas sencillas han sido brutalmente apartadas de nuestro lado. La pérdida es enorme, y la deuda de gratitud con ellas, impagable. [...] Y ahora, después de la movilización espontánea de la ciudadanía, es momento de que los ciudadanos de Madrid cobréis conciencia del valor inmenso de cuanto habéis hecho.

Aunque el terror no tiene nunca razones, lo que esta vez ha querido agredir es nuestro modelo de convivencia abierto y tolerante. Los promotores de un mundo uniforme no pueden soportar el ejemplo de mestizaje e interculturalidad que ofrece esta ciudad. Nuestra histórica naturaleza de encrucijada, nuestra pluralidad en la que confluyen culturas, razas y nacionalidades, nos han hecho objetivo del fanatismo.

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Pero hoy tenemos más razones que nunca para seguir siendo una sociedad abierta. La demostración de generosidad y eficacia que habéis protagonizado pone de manifiesto que este modelo de convivencia funciona. [...] Defendamos, por tanto, esta riqueza esencial de Madrid. En nombre de esos principios, y por hacer justicia a las víctimas que venían a engrandecer Madrid con su esfuerzo, os pido que no permitáis que sus familias, amigos y allegados se queden solos.

El instinto de destrucción que nos ha alcanzado es poderoso. Necesitamos entenderlo para poder combatirlo. [...] Y aunque es difícil adentrarse en la oscuridad de unas mentes tan enfermas, sí podemos, al menos, trabajar para que las nuestras no se confundan. Por eso es importante que Madrid sea fiel a sí misma y entienda que el ataque no procede de ninguna raza, de ningún país, de ninguna creencia política, y mucho menos de ninguna religión. Los terroristas sólo conocen la patria maldita de la muerte, y no creen en nada que no sea la negación. No permitamos que el miedo invada la convivencia de Madrid. Si cediésemos a él, estaríamos traicionando nuestra memoria histórica. Hoy más que nunca, ser ciudadano de Madrid significa habitar un espacio de encuentro [...].

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Debido a la generosidad que ha brotado en la desgracia, hoy sabemos mejor quiénes somos. Cada balcón ensombrecido por una bandera de luto, cada lazo negro, cada vela encendida, cada nota de adiós, cada comercio con el cierre echado, cada gota de sangre donada, cada hora de sueño sacrificada, cada turno de trabajo doblado, cada corazón conmovido, cada uno que quiso y no pudo, sin que hubiera nadie que pudiera y no quisiera, todas y cada una de esas admirables aportaciones vuestras conforman ya para siempre el ser de Madrid.

Reunamos, pues, todo ese esfuerzo y rindámosle homenaje como muestra del que ha sido el mayor acto de coraje cívico vivido por esta ciudad generosa y valiente en muchísimos años. Y fijemos el 11 de marzo en nuestra memoria colectiva no como una fecha para la infamia, que lo fue, sino como una ocasión para la esperanza, que es lo que a partir de ahora deberá ser.

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