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Comienza el juicio contra 19 miembros de una banda neonazi

El próximo martes comenzará en la Audiencia Provincial de Madrid el juicio contra 19 miembros de Sangre y Honor España (Blood & Honour), una banda de carácter neonazi. La fiscalía pide para ellos penas de cárcel que oscilan entre los cuatro y los cinco años por asociación ilícita y tenencia ilícita de armas

Según el escrito de la acusación, esta banda "promueve una doctrina antisemita y revisionista del Holocausto, niega el genocidio judío por parte del III Reich alemán, realiza de manera activa una exaltación de la ideología neonazi e incita al odio y la discriminación contra determinados grupos por razón de su raza, condición, religión o ideología".

La banda se había apuntado en 1999 en el Registro de Asociaciones del Ministerio del Interior y de la Comunidad de Madrid y establecía entre sus fines la conservación de la cultura europea y la intención de separar a los jóvenes de la droga. En realidad, según el fiscal, no era más que la división española de Blood & Honour, una organización nacionalsocialista creada en Inglaterra en 1987 y que tiene ramificaciones en varios países de Europa.

Más información
Juicio a 19 acusados de pertenecer a una banda que promueve la violencia, el racismo y el antisemitismo

Rock racista

Sangre y Honor se financiaba con la cuota de los socios, vendiendo parafernalia nazi y organizando conciertos de música en los que participaban grupos de rock de ideología racista y revisionista. Fue precisamente en uno de estos conciertos, celebrado en febrero de 2005 en Talamanca del Jarama (y en el que se gritaron consignas como "seis millones de judíos más a la cámara de gas"), cuando la Guardia Civil detuvo a la mayoría de los integrantes de la banda, entre ellos su cabecilla, Roberto L. Los agentes se incautaron de gran cantidad de propaganda neonazi y varias defensas extensibles de acero y eléctricas, así como de aerosoles de defensa personal prohibidos en España. En días posteriores, la Guardia Civil registró las casas de los detenidos y la sede de la banda, donde encontró dos pistolas, más armas de defensa personal, publicaciones que incitaban a la violencia y el racismo y ordenadores con documentación del mismo tipo.

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Esteban Ibarra, presidente de Movimiento contra la Intolerancia, asociación que se presenta como acusación popular, destacó ayer que espera que los jueces manden un mensaje inequívoco a la sociedad contra este tipo de organizaciones y la ideología que promueven.

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