Concluye el desmantelamiento del bordillo de la calle de Serrano
El desmantelamiento del bordillo que protege el carril-bus de la calle de Serrano comenzó y finalizó ayer. Sin embargo, los restos del separador, protagonista de una polémica entre el anterior Gobierno municipal, responsable de la medida, y el actual equipo de centro-derecha, permanecerán todavía hasta el viernes. Un grupo de sindicalistas intentó sin éxito impedir las obras, que costarán más de un millón de pesetas
El primer teniente de alcalde, el popular José María Alvarez del Manzano, no se quiso perder la retirada del bordillo. Junto a Enrique Villoria, concejal de Obras, acudió para supervisar los trabajos. "Está más sólido de lo que se esperaba", comentó Villoria, que tenía la esperanza de que algunos trozos salieran sin mellas para aprovecharlos en el ajardinamiento de la Castellana.. El bordillo de la calle de Alcalá, aunque sin fecha fija, será el segundo en desaparacer. En Serrano no quedan ya más que unos montones de escombros.Alvarez del Manzano comentó que el bordillo de Serrano se retira "después de haber comprobado científicamente su poca eficacia". Según Villoria, por esta calle pasan menos de 50 autobuses a la hora. "No estamos quitando el carril-bus", añadió Manzano, "estamos suprimiendo una barrera arquitectónica". La supresión del bordillo dejará espacio para dos carriles más, uno de los cuales se reservará para el transporte público. El gerente del Consorcio Regional de Transportes, Julián Revenga, calificó de barbaridad la decisión del equipo de gobierno. "La velocidad media de los autobuses había aumentado 3,5 kilómetros a la hora", comentó. Según sus datos, en una hora punta circulan por la calle de Serrano más de 60 autobuses. "Pueden viajar más de 5.000 personas en transporte público por sólo 1.500 en automóvil privado", afirmó.
Durante la mañana, una decena de miembros de UGT, CC OO y de la Federación Regional d Asociaciones de Vecinos (FRAV) intentaron obstaculizar las obras. José Díaz, responsable de transporte de la FRAV, calificó la medi da como "una concesión a un barrio de privilegiados".
