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Coreografía para las palabras de Saramago

María Pagés traduce en baile los textos del 'nobel' en un homenaje en Rivas

Cuenta Pilar del Río, viuda del premio Nobel José Saramago (1922-2010), que entre los escritos que encontró en el despacho de su marido había uno, aún sin firmar, que hablaba de la bailaora sevillana María Pagés: "Hay algo más en esa mujer. Ella baila, y bailando mueve todo lo que la rodea. Ni el aire ni la tierra quedan igual si María Pagés ha bailado".

Ayer, Pagés se subió al escenario del auditorio Pilar Bardem (Rivas Vaciamadrid) en el homenaje que se ofrecía al escritor y periodista portugués. Las palabras del autor, tan solo leídas, sonaban por los altavoces del salón. Y Pagés las interpretó con su cuerpo, con sus brazos, con sus tacones. Y las palabras se convirtieron en música. Y para los más de mil invitados al acto, ni el aire, ni la tierra, quedaron igual después de ese momento.

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El acto, en el que se presentaba el libro José Saramago en sus palabras, de Fernando Gómez Aguilera (editorial Alfaguara), y que fue dirigido por el periodista Paco Lobatón y la propia mujer del escritor, también presidenta de la Fundación Saramago, se celebró ayer para hacerlo coincidir con el día del fallecimiento del homenajeado, hacía cuatro meses. En la puerta del Pilar Bardem se congregaba una larguísima cola de admiradores. "Es el evento más grande que se ha hecho en España por él", aseguraba un portavoz de la organización. "Y hemos invitado a intervenir aquí a la gente que le quería", añade.

Esos "que le querían", actores, políticos, jueces, escritores, cantantes, periodistas... amigos, se reunían en una sala para salir uno a uno al escenario a leer pequeños fragmentos de palabras de Saramago. Retales del pensamiento de un hombre "de arte y compromiso", en palabras del ex líder de IU, Gaspar Llamazares. Emotivos recuerdos para "una persona que me ha concedido el privilegio de ser su camarada y amigo", terciaba el poeta y escritor preso durante el franquismo, Marcos Ana.

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Sobre el atril, se apeló a la justicia social, a la dignidad, a la democracia, a la lectura, al periodismo, a la belleza, a la importancia de la mujer, a la lucha contra los que agreden, sea cual fuere su causa, a los derechos humanos, esos que según el premio Nobel, ya estaban recogidos en una Carta, pero que aún andan a la espera de ser cumplidos.

"Es un referente moral y ético. Ha dejado un ejemplo de honestidad", opinaba la actriz Aitana Sánchez-Gijón, que desde la sala no perdía detalle del acto a través de una pantalla. "Es la palabra, la ética, la honestidad", coincidía la presidenta de la asociación de víctimas del 11-M, Pilar Manjón. "Es una referencia", "El paradigma de la realidad", afirmaban los cantantes Pedro Guerra y Miguel Ríos. "A diferencia de Vargas Llosa, (un hombre que también es capaz de escribir muy bien), Saramago es el ejemplo del que da conciencia de lo que le rodea", añadía el periodista Vicente Romero. "Y también un niño" aseguraba el artista Luis Piedrahita. "Un día le hice un truco de magia, y delante de mí dejé de tener a un hombre de 80 años y me encontré a un chaval ilusionado", desvelaba.

El juez Baltasar Garzón, que también participó en el acto, y para quien Pilar del Río pidió el Nobel de la Paz antes de un largo homenaje de aplausos, considera que el acto era necesario para "hacer presente la figura del escritor". "Porque fue una enseñanza para aquellos que consideran que lo que ocurre a su alrededor no es problema suyo. Una lucha contra la indiferencia", sostenía el antiguo magistrado de la Audiencia Nacional.

Pilar del Río, tras acabar de presentar el acto, acudió a la sala donde la esperaban todos esos amigos. "¿Qué defina en una frase al escritor y en otra al hombre? Es que eran lo mismo", respondía a la pregunta. "Era muy buena persona. Era muy buen escritor. Es absolutamente necesario". "Cuando murió, alguien me escribió un pésame: Sensación de planeta deshabitado".

BERNARDO PÉREZ

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