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Entrevista:JESÚS PÉREZ CANTERO | Afectado por los bares

Dormir entre la 'movida'

Es curioso, pero en casa de Jesús Pérez Cantero, veterano de la guerra contra el ruido en el barrio de Malasaña, no se oye ni el vuelo de una mosca. Pérez explica la paradoja: "He hecho una fuerte inversión en insonorización y tengo dobles ventanas de climalit".

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Ese maldito soniquete

No se oye nada porque es miércoles por la tarde y ninguno de "los más de 89 bares" que cercan su casa está abierto. Pérez, que tuvo que cambiar su dormitorio de ubicación mediante una obra, asegura que aún los fines de semana en el interior de su domicilio se registran más de 60 decibelios. Las fachadas de la calle de San Vicente Ferrer, la suya, muestran ese blindaje en los huecos de las ventanas. "Pero no es suficiente", insiste.

"Las casas vibran por la música de los bares y en las aceras se juntan cientos de personas que deambulan, beben, vomitan y orinan hasta las siete de la mañana", describe antes de rectificar el horario: "Bueno, los últimos de Filipinas se marchan sobre las nueve". Lleva 14 años en el barrio y ni siquiera recuerda la cantidad de denuncias que ha puesto. Algunas han tenido éxito y ha visto cómo cerraban algún establecimiento especialmente molesto. Pero "enseguida se meten otros". Los vecinos reclaman al Ayuntamiento. A quien ya no se atreven a increpar es a los jóvenes que acampan en sus portales. "Es peor, porque entonces se entretienen tirando botellas e insultándote toda la noche".

Jesús Pérez Cantero, en su casa en el barrio de Malasaña.
Jesús Pérez Cantero, en su casa en el barrio de Malasaña.BERNARDO PÉREZ
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