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Educación manda inspectores a los colegios mayores de la Complutense

La Comunidad urge a la universidad a que haga obras para mejorar los centros

Pablo de Llano Neira

El estado de conservación de los colegios mayores de la Universidad Complutense cambia según el cristal con que se mire. A través del cristal del rector, Carlos Berzosa, se ven en una situación "razonablemente buena, pero mejorable". Con las lentes de la consejera de Educación, Lucía Figar, se ve "un techo desplomado desde hace semanas y tapado aún por un plástico". Poniéndose en la perspectiva de los colegiales, aparecen, entre otras cosas, "muchas cucarachas", según dijo ayer Álvaro Pérez, un portavoz de la Plataforma por la Defensa de los Colegios Mayores.

Parece que hacen falta arreglos. Y la iniciativa no la ha tomado la universidad, sino el Gobierno regional. Con brío. Figar mandó a sus inspectores ayer por la mañana a evaluar los daños de los colegios y citó por la tarde a Berzosa. Después de la reunión, la consejera expuso sus planes: "Mañana [por hoy] habrá una reunión entre ambas partes para decidir qué obras son más urgentes". Figar añadió que la Complutense debe financiar los arreglos.

Las exigencias de la consejera, más suaves que las del vicepresidente, Ignacio González, que por la mañana planteó que si la universidad no hace las obras, las harían ellos "con cargo al dinero para inversiones que se les da", no las comparte Berzosa. El rector defiende que la autonomía de su institución es "irrenunciable". "No aceptaré injerencias de la Comunidad. Eso sería inconstitucional", zanjó Berzosa, que sólo aceptaría mejoras si se hacen con "fondos específicos" para ello.

El rector de la Complutense asegura que los recortes de financiación de la Comunidad este año (de 42 millones de euros previstos para obras a 6,6, según los datos de la universidad) los han dejado "tiritando", y sostiene que hay prioridades mayores que las residencias de estudiantes, como la rehabilitación de facultades.

Figar reconoce la cifra de financiación final para 2010, pero niega que hubiese una previsión tan alta como la que dice la Complutense. Y echa la culpa a la universidad: "No ha sido cosa de un año ni de 10. Ha sido mucho tiempo de dejación", afirmó Figar.

Es de suponer que en la reunión de hoy, si se acuerdan obras, se determine de dónde va a salir el dinero, cosa que no definieron el rector y la consejera en su encuentro de ayer. Entretanto, los colegiales desgranan los males de sus instalaciones estudiantiles. "Las pistas de deporte están agrietadas y causan lesiones; hay un pabellón cerrado a cal y canto, con ratas y cucarachas; hace un mes se cayó el techo del colegio Santa María y no pasó nada de milagro... No es un servicio adecuado a los 800 euros al mes que pagamos", criticó ayer Álvaro López, un portavoz de los residentes.

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Hoy Figar también se reúne con ellos, para hablar de obras y de la conversión en mixtos de tres colegios mayores, decidida por el rectorado. La consejera no juzga si chicos y chicas deben estar separados, pero anota que "ningún alumno ha pedido el cambio de régimen". Por su parte, distintos portavoces de residentes hicieron ayer hincapié en que no se oponen a los colegios mixtos, sino al hecho de que el rectorado no les consultase sus planes.

Estado del colegio mayor Antonio de Nebrija, dependiente de la Complutense.
Estado del colegio mayor Antonio de Nebrija, dependiente de la Complutense.CARLOS ROSILLO

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