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Reportaje:

Familias en suspensión de pagos

Tres colectivos buscan soluciones para hacer frente a las hipotecas durante la crisis

Familias completas se reunieron ayer en un pabellón de Alcalá de Henares para buscar una solución a su gran problema: no pueden pagar la hipoteca del piso. Los padres, reunidos en silencio, preocupados, pasándose las manos por la cara. Las cuotas de sus hipotecas no han parado de subir en los últimos años, hasta hacerse impagables con sus sueldos. Los niños, ajenos, jugaban en una esquina a construir casitas con piezas de Lego.

América-España Solidaridad y Cooperación (Aesco), el Colectivo de Acción para el Juego y la Educación (CAJE) y la Plataforma por la Defensa de una Hipoteca Impagable convocaron a los vecinos del Corredor del Henares que no pueden hacer frente a los pagos. Acudieron 86 familias, la mayoría inmigrantes.

Selena llegó desde Ecuador hace 13 años. Trajo consigo a su marido y a su primer hijo, Jonathan. En su país, ninguno de los dos encontraba un trabajo con el que pudiesen pagar la educación de Jonathan. Ahora, el joven tiene 16 años y quiere ir a la Universidad, y, de nuevo, sus padres no pueden costear sus estudios. Entre los dos, cobran al mes 1.700 euros. Los pagos de su hipoteca han subido hasta los 1.500. "Más agua, más comunidad, más gas, más comida...", enumera Selena. "Simplemente, no llegamos; hay meses que no podemos pagar, y las deudas crecen", añade.

Ellos desean pagar. "No queremos quedarnos el dinero", cuenta un inmigrante búlgaro. "Cuando compramos el piso, podíamos pagarlo bien y aún deseamos hacerlo, pero lo que no somos capaces de pagar son los intereses", comenta.

"Las hipotecas no están caras, lo que están caros son los intereses; y el banco ya sabía lo que cobrábamos cuando decidió concedernos la hipoteca", afirma Gustavo Fajardo, director de los servicios jurídicos de Aesco.

Fajardo plantea el drama de las hipotecas en cadena, mediante las que varios inmigrantes se avalan mutuamente para conseguir que una entidad bancaria les conceda un crédito. "Entre tres o cuatro familias comparten la compra de un piso", explica. "Algunos no pueden pagar, pero el banco va a seguir reclamando la deuda al primer titular de la hipoteca y el problema crece cada vez más".

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La asamblea se reunió en torno a una propuesta: que cada uno de los presentes se declarase en suspensión de pagos ante un tribunal para renegociar las deudas con sus acreedores. Aesco ha iniciado conversaciones con entidades bancarias y colegios de abogados con el fin de que asesoren de forma gratuita a las personas que se declaren en situación de quiebra.

"También sería preciso crear un fondo de garantía hipotecaria que permitiese al Estado solucionar estas situaciones y ayudar al que no puede pagar", propuso Fajardo durante la asamblea.

Los organizadores estiman que en España hay 120.000 familias en situación de impago de sus hipotecas, de las que el 40% son inmigrantes.

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