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Gallardón añade 120 kilómetros de carril-bici al plan ciclista inicial

Madrid tendrá un servicio de alquiler de bicicletas parecido al de Barcelona

Finalmente, serán 575 los kilómetros de carril-bici de los que dispondrá Madrid en 2016, y no 457, como constaba en el proyecto inicial. Así lo desveló ayer el alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz-Gallardón, en la presentación del Plan Director de Movilidad Ciclista, que incluye algunas de las alegaciones realizadas por los vecinos en el periodo de información pública. El coste del proyecto será de 128 millones de euros para los próximos ocho años.

Algunas asociaciones plantearon la posibilidad en su momento de adelantar el final de las obras a 2012, pero finalmente ha quedado fijada en la simbólica y olímpica fecha de 2016. A los 151 kilómetros que ya existen de carril-bici (la mayoría pertenecen al anillo ciclista que circunda la ciudad), se sumarán próximamente 70 que ya se están proyectando para terminarse en esta legislatura.

El plan contiene 35 ejes principales, distribuidos en 147 kilómetros. Habrá carriles reservados por toda la Castellana, Juan Bravo, Arturo Soria, calle Mayor, paseo de Extremadura, Bailén, Alcalá... Todos los distritos tendrán su carril-bici. Habrá también una red de vías secundarias (154 kilómetros), que conectarán los itinerarios principales entre sí, y otra red que conectará las vías principales con las que existen en la actualidad. Algo así como los radios de la rueda que representa el anillo verde de circunvalación.

No todas las vías proyectadas serán como los 62 kilómetros de ese anillo. Este carril está separado de la calzada, bien delimitado y con un asfalto especial. Pero en algunos otros tramos del nuevo proyecto, el carril podrá estar en la acera o, simplemente, pintado en la calzada.

Como novedad al proyecto inicial, Gallardón anunció también que Madrid tendrá un servicio de alquiler de bicicletas parecido al que ya tiene Barcelona, el exitoso Bicing. La idea consiste en una flota de vehículos de dos ruedas distribuidos por toda la ciudad en diferentes aparcamientos. Pagando una cuota anual, los ciudadanos disponen de una tarjeta que les permite liberar una bici durante un periodo de tiempo determinado y dejarla en otro punto de la ciudad.

En Barcelona se pretende que este servicio se utilice como medio de transporte de un sitio a otro (tiene que haber muchos estacionamientos y que no sea un mero vehículo de paseo. Por eso se ha mantenido alejado del sector turístico y sólo tienen acceso a las tarjetas de abonado los ciudadanos que están empadronados en la ciudad).

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En la capital catalana, la empresa concesionaria que gestiona este servicio es Clear Channel, la misma que en Madrid se ha hecho con el polémico contrato de explotación de los chirimbolos. Una concesión que ahora mismo está bajo investigación del Tribunal de Cuentas.

Durante la presentación, Gallardón anunció también que se permitirá la entrada de bicicletas en el transporte público (actualmente se puede acceder al metro, pero con un horario muy limitado) y que se creará un registro de bicicletas, de uso voluntario, que permitirá ejercer un control mayor del parque de vehículos de dos ruedas de la ciudad y aumentar su seguridad.

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