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Columna
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'Güemesinos'

Atrapado en la insidiosa tela de araña de la Red, el consejero Güemes (consejos vendo que para mí no tengo) se excusa y recusa las perlas falsas que se engarzaron, sin su conocimiento ni consentimiento, en el collar de su blog y recurre a su ingenuidad y a su inexperiencia en el manejo de las herramientas informáticas, reconoce que lleva poco tiempo enredado y afirma ser "ingenuo, pero no homófobo". Por lo visto, su blog era un desastroso cajón de sastre donde cada cual entraba como Juanjo por su casa, dejaba su deposición, su cagadita de mosca cojonera, y se escabullía sin dejar más huella. Tan ingenuo e inexperto resulta Juan José Güemes que ni siquiera sabe explicar el funcionamiento de esos blogs que carga el diablo y que no supervisa ni Dios. "El que tenga un blog, que lo cuide, que lo cuide, la salud de su blog que no la olvide, que no la olvide". Por la supuesta puerta falsa del diccionario "progresí", se colaron definiciones perversas que harían enrojecer a todos menos a un consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Resulta difícil discernir qué entradas del diccionario corresponden al titular del blog, por eso nos lo aclara, el sólo introdujo dos memeces de libro en esta miscelánea de necedades, dos memeces inofensivas, "trasvase" y "brotes verdes". Reconforta saber que en las entradas referentes a temas de su presunta competencia sanitaria, el ingenuo bloguero no tuvo arte, ni parte. Suyas no fueron las definiciones aberrantes de aborto, gay o células madre, dignas de figurar en esas antologías que recogen los disparates de los exámenes escolares. Está claro que el consejero debería someterse voluntariamente a un curso de reciclado intelectual y a un cursillo básico para el manejo sin traumas de Internet, humillantes disciplinas para un sabelotodo que presume de labia y de flequillo. Pero el consejero ha salido de la trampa, urdida por él mismo y sus adláteres, sin cortarse un pelo y seguirá dando lecciones de privatización sanitaria desde su condición de economista neoliberal con máster en mercados financieros.

El consejero debería someterse a un curso de reciclado intelectual y manejo de Internet

Lo que le ha pasado a Güemes le puede pasar a cualquiera, a cualquier analfabeto informático que quiera lucirse blogueando a la deriva en los procelosos caladeros de la Red. Entre los numerosos comentarios aparecidos en los foros de Internet estos días, entre chuflas y rechiflas, hay algunos que achacan a la piratería de socialistas y sindicalistas "piqueteros" las aberraciones del diccionario güemesí, ¡manda güevos!, piratas de izquierdas que no dan una a derechas, porque según el blog memorable que inútilmente quiere borrar ahora el consejero de la memoria cibernética y colectiva, el votante de izquierdas "padece un sueño artificial del cual no es capaz de ver la realidad de lo que ocurre alrededor y por lo que no es capaz de ver" (sic). En el país de los tuertos, el ciego es el rey y habría que taparse los ojos y las narices para descollar en el hediondo pudridero político en el que el PP se empantana todos los días, arenas movedizas en las que más te hundes cuanto más te debates. Aviso para blogueros, permaneced en perpetua vigilia, no se os vaya a colar en vuestros recintos acotados un diccionario güemesí:

Güemesino: Referente a Juan José Güemes. En sentido figurado, pijo neoliberal que utiliza sus presuntos encantos y sus relaciones familiares para medrar en el Partido Popular sin despeinarse ni mancharse.

Güemes, Juan José: Híbrido infecundo y trepador de marianista y aguirrista, criado a los pechos de Rodrigo Rato, que nada y guarda la ropa de Forever Young. Hijo político (yerno) y discípulo ínclito de Carlos Fabra, cacique hereditario y vitalicio de Castellón, multiimplicado en diversas tramas corruptas, a cuya resistente estirpe ha aportado nuevos y más fotogénicos vástagos.

PPsadilla: Sueño de la razón que engendra monstruos.

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Pijolín: Dícese del joven neoliberal de diseño, producido en serie, o recriado, en los invernaderos de La Moraleja y en las aceras del barrio de Salamanca para cubrir bajas entre los cuadros del PP. (Lo tienen difícil porque en el Partido Popular no se jubila ni Fraga Iribarne).

Jugador a tres bandas, Esperanza, Rodrigo y Mariano, miembro de la ejecutiva nacional del Partido, secretario ejecutivo de comunicación del PP de Madrid y consejero de Sanidad de la Comunidad, Güemes "el de los encantos" es el tres en uno perfecto del Gobierno de Aguirre que engrasa y lubrica todo lo que toca con untuosa brillantina.

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