_
_
_
_
_

Juicio por el 'alunicero' acribillado

Tres hombres se sientan en el banquillo por el asesinato de Carlos Jarry Sánchez López, que murió tras recibir ocho disparos a la salida de su casa

F. Javier Barroso

Carlos Jarry Sánchez López, de 23 años y nacionalidad colombiana, salió de un inmueble de Arganda del Rey la noche del sábado 12 de enero de 2008. Nada más abandonar el edificio, le estaban esperando tres hombres que la emprendieron a tiros. Dos balazos le alcanzaron en la cabeza, dos en el cuello, dos en la pierna derecha y otros dos en la ingle y en los glúteos. En total, ocho proyectiles que acabaron con la vida de este conocido alunicero en el acto. Los tres acusados -Ignacio Raya Galaso, Rafael Rodríguez Delgado y David Olalla Muro- se sientan desde hoy en el banquillo de los acusados de la Sección 3ª de la Audiencia Provincial de Madrid. Serán enjuiciados por el procedimiento del jurado. El fiscal pide para cada uno de ellos 20 años de prisión por asesinato y tenencia ilícita de armas.

Más información
Culpables de asesinato dos acusados de tirotear al cabecilla de los 'aluniceros'

Sánchez López era un conocido alunicero de la región. La Guardia Civil y la Policía Nacional le habían detenido en 30 ocasiones. Tenía antecedentes por robos, hurto, atentado contra la autoridad, tenencia ilícita de armas, allanamiento de morada y lesiones, entre otros. De hecho, le consideraban uno de los aluniceros más peligrosos y osados. Popular y respetado en el barrio, era muy hábil al volante. Había salido de la cárcel 50 días antes de su asesinato.

Según el relato del fiscal, los tres acusados quedaron a las 10 de la noche del 12 de enero de 2008 para matar de común acuerdo a Carlos Jarry. Para ello se desplazaron en un Mercedes clase A propiedad de Rafael Rodríguez y conducido por David Olalla. Acudieron a la calle del Velero, en Arganda del Rey, donde esperaron a su víctima. Cuando Sánchez López salió del garaje del número 16 de esa vía, Ignacio Raya Galaso le disparó con una pistola Glock 26 del calibre 9 milímetros Parabellum. Mientras, sus otros dos compinches le esperaban y le daban cobertura desde el vehículo, según el fiscal.

Los disparos fueron efectuados a una distancia de entre 30 centímetros y un metro y medio. "Como consecuencia de los hechos, Sánchez López falleció sobre las 22.40 de ese día a consecuencia de un traumatismo craneoencefálico severo", según el ministerio público.

Tras el tiroteo, los supuestos autores del crimen huyeron a toda velocidad por la autovía de Valencia (A-3) en dirección al edificio El Ruedo, junto a la M-30. La Guardia Civil inició una persecución nada más producirse los hechos. Como se aproximaban a la capital, los agentes advirtieron de lo sucedido al Cuerpo Nacional de Policía, por lo que se fueron sumando más vehículos patrulla a la persecución. Al final, 12 coches de policía lograron detener a los presuntos asesinos, tras más de 30 kilómetros de persecución.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Las pesquisas se centraron en los primeros momentos en que el crimen se debió a un ajuste de cuentas. La víctima, supuestamente, pudo quedarse con el dinero procedente de algún robo y sus compinches decidieron acabar con su vida. De hecho, Sánchez López estaba siendo investigado por el robo del almacén de muebles Ikea, en el PAU de Vallecas en diciembre de 2007, entre otros asaltos.

El crimen de Luisito

José Luis T. C. se enfrenta a partir de hoy a una pena de 12 años de prisión por el asesinato de Luis Carlos Polanco Peralta, conocido como Luisito, un joven dominicano que murió tras recibir un tiro en la nuca el 20 de marzo de 2009 en Tetuán. El fiscal le culpa de un delito de asesinato con la eximente incompleta de enajenación. Un jurado determinará su culpabilidad o inocencia.

Los hechos ocurrieron a las diez de la noche en la calle de Topete, cuando el acusado efectuó a poca distancia un disparo con una pistola Glock 19 a la cabeza de su víctima Luis Carlos Polanco. Según el fiscal, lo hizo "por sorpresa e inopinadamente, sin posibilidad de defensa y con ánimo de privarle de la vida". Polanco murió dos horas después.

El acusado, que tenía licencia de armas por practicar tiro olímpico y ser vigilante de seguridad, presenta un trastorno mixto de la personalidad (esquizoide-paranoide). Esto pudo afectarle parcialmente su capacidad para comprender la ilicitud de los hechos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_