_
_
_
_
_

Juventudes Musicales premia la excelencia de 21 nuevos talentos

Bernardo Marín

El trabajo de 21 jóvenes talentos musicales -16 instrumentistas y cinco cantantes líricos- se vio ayer recompensado con la entrega de otras tantas ayudas para ampliar sus estudios en el extranjero. Fue en la XXI edición de las becas que concede Juventudes Musicales de Madrid, en la que además algunos de los premiados tuvieron ocasión de demostrar su excelencia.

El acto se cerró con música, pero primero se habló de ella. La presidenta del organismo, María Isabel Falabella, eligió una cita de su buen amigo el escritor Mario Vargas Llosa para referirse a un lenguaje que es "como el agua para los peces y el aire para las aves, el medio ambiente físico y espiritual que todo lo modela, orienta y organiza". En el acto intervinieron también los representantes de las tres entidades patrocinadoras: la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; el presidente de Mutua Madrileña, Ignacio Garralda; y el de la Asociación de Amigos de la Ópera de Madrid, Manuel López Cachero.

Las ayudas permiten a los jóvenes dedicarse al estudio en exclusiva

Después de los discursos los jóvenes agradecieron las becas como mejor saben. Siete de ellos actuaron como solistas en un concierto de la orquesta de cámara Andrés Segovia dirigida por Víctor Ambroa en el que se interpretaron obras de Mozart, Bach, Haydn, Menotti, Puccini y Sarasate. Abrió el fuego el pianista catalán Ignasi Cambra Díez, que interpretó el primer movimiento del concierto para piano número 21 en do mayor de Mozart. El premio le va a permitir seguir en Bloomington (Indiana, EE UU) porque la beca de la que disfruta actualmente no cubre la subida del precio de la Universidad. Estaba radiante, pero no quiso hacer grandes planes de futuro, solo concentrarse en una cosa, "trabajar", lo que en su caso supone dedicar hasta ocho horas diarias al estudio.

Otra de las galardonadas, la soprano grancanaria Elisandra Melián, ya sabe lo que es disfrutar de una de estas becas. "En 2008 me concedieron otra para perfeccionar mi técnica con la pianista Nicoletta Olivieri en Bolonia (Italia)", relataba mientras huía de una corriente de aire en el hall del salón de actos. Melián vigilaba su voz porque en unos minutos debía interpretar el Aria de Lucy, de la ópera El Teléfono, de Gian Carlo Menotti, y Quando me'n vo, de La bohème, de Puccini. En su caso estas ayudas le han permitido "sobrevivir en el mundo de la música sin tener que trabajar además de cualquier cosa". Es decir, optar a la excelencia, porque esta "exige exclusividad". Espera que la beca le permita "vivir dignamente de esto". Pero para el futuro apunta más alto: "Me gustaría cantar ópera en los mejores teatros del mundo".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Bernardo Marín
Redactor jefe en la Unidad de Edición de EL PAÍS. Ha sido subdirector de las ediciones digital e impresa, redactor jefe de Tecnología, director de la revista Retina, y jefe de redacción en México, donde coordinó el lanzamiento de la edición América. Es profesor de la Escuela de Periodismo de EL PAÍS y autor del libro 'La tiranía del clic'.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_