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Madrid, sin autobuses indefinidamente

Los trabajadores de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) emprendieron anoche una huelga sine die en protesta por el despido de 27 compañeros, e indicaron que durante la misma no se van a cumplir los servicios mínimos. Al cierre de esta edición, dos de la madrugada de hoy, no había salido ningún autobús nocturno, los llamados búhos. "Esto va a ser la guerra", aseveró un representantes de la Plataforma Sindical, convocante del paro que hoy dejará Madrid sin autobuses municipales. Los huelguistas están dispuestos a crear un fondo para ayudar a los compañeros que sufran problemas económicos mientras dure la protesta.¿Quién aguantará más? La EMT y la Plataforma Sindical, hegemónica en el comité de trabajadores, sostienen desde la madrugada de hoy un pulso que puede dejar a Madrid sin autobuses durante todo el mes de febrero. Ambos oponentes consideran que ha llegado el momento de demostrar su fuerza a costa del medio millón de usuarios habituales del servicio. Ninguno está dispuesto a ceder.

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El Ayuntamiento, que conforma el consejo de administración de la empresa, asegura que no va a ceder en el conflicto. Quiere sacudirse la impresión de que quien manda en la EMT no son sus gestores y que la Plataforma les "tiene secuestrados".

Pablo Rodríguez Peña, líder de la Plataforma, aseguró que ayer les llamó el subdirector de la EMT: "Nos preguntó si habíamos cambiado de actitud. Nos limitamos a recordarle que con los 27 despidos en la mesa no hay nada que negociar", comentó. Fue toda la negociación que ambas partes han sostenido durante el fin de semana. "Ellos convocaron la huelga como escudo para que no hubiera despidos", comentó hace siete días el director de la EMT, Tomás Burgaleta. "La huelga estaba convocada desde mucho antes y motivada por la paralización de la negociación del convenio colectivo", argumenta Rodríguez Peña. Sea por una u otra causa, el paro no se acabará hasta que no desaparezcan las sanciones, sostiene la Plataforma.

La postura del Ayuntamiento es firme. "No se va a ceder", dice Carlos López-Collado, cuarto teniente de alcalde. "Los precedentes no son buenos: En 1990 [gobernaba el PP en coalición con el CDS y era alcalde Rodríguez Sahagún] no se sancionó ni a las personas que mandaron a gente al hospital", agrega.

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