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El parque Norte ha pasado, en dos años, de 41 a 27 hectáreas

El llamado parque Norte, esperado durante años como expansión verde al norte de Madrid, junto al barrio del Pilar, ha pasado de tener 41,5 hectáreas a treinta, siempre según las mediciones oficiales realizadas por el Ayuntamiento. Las medidas de la extensión del terreno sobre el que se está construyendo el parque, efectuadas por EL PAIS, no alcanzan más que a las 26,7 hectáreas.

En el mes de mayo del año 1976, el recientemente nombrado alcalde de Madrid, Juan de Arespacochaga, decidió visitar los terrenos sobre los que se iba a convertir en realidad una de las pequeñas partes en que se descompone el cinturón verde de Madrid: el parque Norte. En aquella fecha los informadores que acompañaron en su recorrido al alcalde recibieron una completa información de qué era lo que se pensaba hacer en dichos terrenos. Según esa información, el parque Norte está limitado por la parte trasera del Hospital del Rey y por las construcciones surgidas detrás de la residencia de La Paz y el colegio Tagore. La franja de terreno con esos límites constituía el gran parque Norte, con una extensión de 41,5 hectáreas.En aquella ocasión, sobre planos que nadie se ocupó de medir, se explicó abundantemente cómo iba a constituirse el futuro parque, reclamado una y cien veces por los que habrían de ser sus vecinos, sobre todo por los habitantes del barrio del Pilar. Sin embargo, ya en aquella ocasión se dijo que no iban a ser los vecinos del barrio del Pilar los más favorecidos por el nuevo parque, ya que les «queda un poco lejos».

"Parque con vocación paisajista"

Pero tiempo después el Ayuntamiento reconoció, con estupor de los que pensaban beneficiarse de la nueva instalación verde, que «la medición del parque ha estado mal hecha». Ahora resultaba que no eran ya 41 hectáreas, sino que, gracias al afinamiento de los técnicos municipales, la cosa había quedado reducida a 32. Sin embargo, las explicaciones municipales aseguraban que «se tratará de un parque con vocación paisajista». Para ello se estaban estudiando taludes de césped, estanques y cascadas que dieran una sensación de paz y sosiego al potencial paseante. Entonces -comenzaba el año 1977- se habló de una cifra presupuestaria alrededor de los 66 millones de pesetas.Ya en el mes de mayo del 76 se había hablado de plazos para la terminación del parque. Arespacochaga, puede que por el simple hecho de que acababa de llegar a la alcaldía, dijo que «en dos meses puede estar terminado el relleno de tierras». Estas palabras equivalían a decir que el parque estaría en funcionamiento, por lo menos en su primera fase, en un plazo máximo de un año. Ya han pasado más de veinticindo meses y del parque no han disfrutado más que las máquinas que ayudan a los obreros a construirlo.

Pero de las 41,5 hectáreas que se dijo que tenía el parque, en el mes de mayo de 1976, a las 32 de enero del 77, hay una gran distancia. EL PAIS, por ese motivo, decidió medir los terrenos. El resultado arroja una cifra de hectáreas todavía menor que las últimas facilitadas por el Ayuntamiento. Exactamente, la superficie de los terrenos sólo alcanza las 26,7 hectáreas. Resumen: todo un récord.

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