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Obras Públicas desempolva el proyecto de prolongar O'Donnell hasta la M-40

Obras Públicas ha desempolvado el proecto para la conexión de la calle de O'Donnell con la autovía de circunvalaón M-40 que descansaba en las estante rías ministeriales desde hace años. La prolongación de O'Donnell es la cenicienta del Plan de Accesos, firmado hace un lustro por ministerio, Comunidad y Ayuntamiento, ya que es la última gran obra que queda por iniciar. Es además el último de los accesos que se construirán desde el centro, de Madrid. Ya no queda espacio para ningún otro y constituye, además, un nuevo enlace entre la M-30 v la M40.

Las obras de la prolongación de O'Donnell comenzarán a mediados de año y deben estar terminadas a finales de 1995. La nueva carretera, de tres kilómetros y medio, se iniciará al final de la calle de O'Donnell, atravesará en túnel el parque de La Elipa, bordeará el cementerio de la Almudena, cruzará la avenida de Guadalajara y enlazará con la M-40.La nueva vía, para la que se estima un tráfico diario de 100.000 vehículos, servirá para descongestionar las carreteras de Barcelona y Valencia y la M30, a costa de aumentar la clientela de la M-40.

El proyecto ha sido recientemente adjudicado por 2.486 millones de pesetas a la empresa Fomento de Construcciones y Contratas. El plazo de ejecución es de 17 meses, que comenzará a contar desde el momento en que el Consejo de Ministros apruebe definitivamente la adjudicación.

El proyecto se ha topado con diversos obstáculos, entre ellos, la existencia de otras obras más prioritarias, los pinos del parque de la Elipa y las estrecheces del presupuesto.

Él proyecto definitivo, que se redacté en 1991, incluye el paso por el pinar mediante un falso túnel construido a cielo abierto. Los casi 2.000 árboles que es necesario trasladar están desde 1991 marcados con trazos rojos. De ellos, 342 pinos y una tuya serán trasplantados en el propio parque. El resto se retirará con excavadoras y se plantarán en zonas verdes municipales.

Una vez construido el túnel se repondrá el terreno y se repoblará el pinar, tarea para la que se han destinado 100 millones de pesetas. Los ingenieros responsables del proyecto achacan a la falta de firmeza del terreno la imposibilidad de construir el túnel en mina, lo que evitaría tocar los árboles. "El montículo sobre el que se asienta el pinar es artificial, se formó con los escombros procedentes de otras dos obras, la del puente de Ventas y la del colector del arroyo Abroñigal", recuerda Alfonso Trvesí, ingeniero responsable del proyecto.

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El túnel tendrá una longitud de 600 metros y serán en realidad no uno, sino cuatro subterráneos contiguos, aunque se estudia reducirlo a dos. La vía tendrá tres carriles por sentido, de tres metros y medio de ancho, con arcenes de dos y medio y una mediana de nueve metros de anchura. En el interior del túnel se aumenta un carril por sentido en previsión de una ampliación de la carretera.

Además del paso subterráneo, el trazado incluye dos estructuras elevadas. Una para salvar un colector del canal de Isabel II y otra, de 150 metros de longitud, sobre la avenida de Guadalajara. Bajo esta estructura se construirá una rotonda nueva. La carretera de La Elipa, donde muere en la actualidad la calle de O'Donnell, pasará deprimida por debajo de la prolongación.

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