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La desaparición de los hotelitos de Maudes, una importante pérdida cultural

La casi total desaparición de la colonia de hotelitos de Maudes para su conversión en viviendas de lujo, dentro del plan parcial de 1972, vuelve a poner sobre el tapete los procesos renovación urbana que está sufriendo Madrid desde hace bastantes años, Con la remodelación de la colonia de Maudes, operación que se está haciendo sin desmanes urbanísticos, se ha ganado en volumen de edificación, en una zona que estaba condenada a la asfixia (debido a su entorno: centro AZCA, expansión natural de Fernández Villaverde, etcétera), pero la ciudad ha perdido una importante carga cultural.

De la antigua colonia Maudes en la calle de Raimundo Fernández Villaverde, cercana a la popular glorieta de Cuatro Caminos, sólo quedan hoy las ruinas de unos cuantos chalets y un viejo caserón de dos naves industriales, propiedad del Ministerio de Educación.Han desaparecido las viejas viviendas unifamiliares, creadas en la primera mitad de los años treinta, para ayudantes y auxiliares de la ingeniería y la arquitectura, gracias a la Sociedad Cooperativa de Casas Baratas, formada a tal efecto que fue un gran ejemplo de lo que se podía conseguir mediante la actuación conjunta de la iniciativa privada, sin ánimo de lucro, y lo estamentos oficiales, siendo además, uno de los primeros experimentos en este sentido.

En su lugar hoy se está construyendo un edificio destinado a viviendas de lujo, que se ajusta perfectamente al plan parcial correspondiente, aprobado en el año 72, en el que se define lo que se debe edificar en la primera manzana: dos bloques en forma de «U», encerrando un patio interior, que se prevé ajardinado, con acceso por dos calles laterales, sólo para peatones.

Nos encontramos, pues, frente a uno más de los llamados «procesos de renovación urbana», lo que, en síntesis, supone la sustitución de una pequeña colonia de hotelitos con gran carga cultural,»ya sea desde el punto de vista histórico, arquitectónico o urbanístico, por grandes bloques «modernos», fríos y asépticos, pero que permiten la concentración de casi ochocientas viviendas donde antes sólo había 115.

Este aumento del volumen edificable, debido a una decisión de tipo administrativo (en 1975 se aprueba la altura de ocho plantas a la calle de Raimundo Fernández Villaverde), junto con la nueva situación del solar, que ha pasado de estar casi en las afueras de Madrid, a localizarse junto al polémico Centro Azca, ha supuesto un gran aumento de las plusvalías del terreno, cuyo precio se eleva enormemente.

El beneficio real de la operación es, pues, para el capital que la lleve a sus últimas consecuencias: edificación y venta de las nuevas construcciones.

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Unión de Explosivos Río Tinto, compradora de los chalets

Fue Unión de Explosivos Río Tinto, SA, quien compró uno a uno los chalets. No se ha podido verificar la venta de estos terrenos a la empresa Raimundo Fernández Villaverde, SA, que es la que encarga el proyecto de edificación. La ejecución de la obra corre a cargo de Jotsa, y la promotora inmobiliaria es Prosa, estando íntimamente relacionadas estas tres empresas, y teniendo su sede social en el mismo edificio.Entre estas cuatro entidades encontramos, finalmente, repartida la plusvalía que, en justicia, tendría que haber revertido sobre el pueblo de Madrid, pues no olvidemos que todo esto se ha logrado gracias a las actuaciones del Ayuntamiento y éste, al fin y al cabo, es de todos los ciudadanos.

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