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Una tartera con judías explosiva

Una tartera atada con cinta aislante interrumpió el debate de investidura. Sólo contenía una lata de judías y un trozo de pan, pero la psicosis de explosivos en Madrid hizo, por la presencia del paquete sospechoso, que se cortara el tráfico dos horas en las inmediaciones de la plaza de España y de la Asamblea de Madrid.

A las 8.15 de ayer, José Dilla Lozano, empleado del servicio de recogida de basuras Urbaser, vio cómo a un motorista se le caía una bolsa cuando circulaba por la calle de los Reyes. El motorista no se dio cuenta. Y cuando José Miguel depositaba la bolsa sobre un cubo de basura, un policía municipal le gritó: "Eh, deje eso, que puede ser una bomba!

El paquete sospechoso fue trasladado a un rincón de la calle de San Ignacio de Loyola, junto a la puerta trasera del cine Coliseum. Tres cuartos de hora más tarde, un dispositivo policial acordonó la zona y la cerró al tráfico.

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A las 11.13, los artificieros hicieron estallar el cebo que habían colocado junto al paquete sospechoso, y una fuerte detonación sobresaltó a lo s ciudadanos. También a los periodistas que seguían el debate en la Asamblea, que salieron corriendo para averiguar qué sucedía. La inquietud prendió en la sala, y el pleno se suspendió durante 10 minutos hasta averiguar qué había pasado.

Luis Antonio Guillén, otro empleado de Urbaser que recogió los restos, comentó: "Sí, nosotros ya sabíamos que era la comida de un currante, pero la gente es que ve muchas películas en la tele".

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