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Reportaje:ocio

Múltiplos de uno

En Madrid casi medio millón de personas viven solas. El 'marketing' los bautizó como 'singles' y los quiso convertir en reyes del mercado. Pero más que productos demandan ocio. Sin ataduras y con una red social que los aglutina

Las ocho personas de la foto de la portada entraron en un bar a media tarde. Un lunes. Algunos se saludaron porque se conocían de vista y otros se presentaron con dos besos de por medio. Posaron para la foto y al ir anocheciendo les entró hambre. En un momento improvisaron una cena en otro local. Ninguno miró el reloj con angustia. Había de todo menos prisa por llegar a casa y así, juntos, enfilaron la puerta, como un grupo de amigos. Una simple muestra de la libertad de hacer lo que uno quiere cuando quiere. Una foto fija de ocho personas. Ocho de las 453.000 que viven solas en la región, según datos de 2010 del Instituto de Estadística de Madrid.

Los singles reniegan de etiquetas y de bautismos anglosajones, aunque nunca se han librado de sobrenombres. Dejaron hace años de ser solterones y de "quedarse para vestir santos" para convertirse en la envidia de todos, marcados por un estereotipo que extendió por el mundo la televisión, entre otros, gracias a cuatro mujeres ricas que durante varias temporadas alardearon de vida, ropa cara y sexo en Nueva York. El marketing puso de su parte y los describió como grandes consumidores, marquistas y profetas del culto al cuerpo.

Hace una década, con un aumento global imparable de los hogares unifamiliares, que en Madrid son ya uno de cada cinco, se auguraba un presente lleno de briks de leche de medio litro. Pero se erró el tiro. "Aún hay mucho que recorrer en lo que respecta a entender las necesidades reales de este colectivo, que no siempre pasa por ofrecer productos de menor tamaño. Además, en épocas de crisis las empresas tienden a ofrecer productos familiares", explica Xavier Puche, director de servicios al cliente de Coleman CBX, compañía especializada en consultoría estratégica.

Entender al colectivo implica alejarse de estereotipos, añade Puche. Single es el profesional adinerado que se muscula a diario en el gimnasio y compra ropa en la milla de oro, pero single es también la viuda con la pensión congelada, la divorciada con dos niños a su cargo y el soltero en paro que cumple 40 años durmiendo en una cama de 90 centímetros en casa de los padres. A la espera de que las monodosis inunden los pasillos de los supermercados, hay quien ya ha hecho su agosto con ellos: el sector del ocio ha puesto la ciudad a los pies de las personas solas que quieren salir y relacionarse. Que tienen disponibilidad para improvisar una cena un lunes y libertad para gastar su dinero en lo que quieren.

Días antes de hacer la foto de esta portada, Lola Priede, arreglada y vestida de fiesta, se quedó de piedra al ser preguntada por su edad. Sonrió y la susurró al oído, la dijo como un secreto y como un secreto se queda. No bajó la voz, sin embargo, para contar su vida: "Toqué fondo al quedarme viuda, lo llevé fatal. Una vez que mis hijos crecieron descubrí que mi vida estaba rota a nivel social. Me asfixiaba". Habla segura, quizás porque conoce que la historia tuvo un final feliz, un desenlace que llegó desde Internet. Priede, como las otras siete personas de la foto, son miembros de Singles Madrid, una red social gratuita que oferta cientos de actividades y que tiene 32.000 socios en la región, 300.000 en toda España y que acaba de desembarcar en Milán. El número de miembros aumenta una media de nueve personas al día en toda España, pero tras el verano la cifra se ha disparado. Lola no duda en atribuirle al invento poderes casi divinos: "La red me salvó la vida. Fue todo rodado desde el principio. Entre nosotros conectamos porque partimos de la soledad".

Los mentores, y quienes se frotan las manos poderes divinos aparte, son dos empresarios afincados en Cataluña que en 2005 decidieron montar un club de amigos, como afición en Internet. La idea fue un rotundo fracaso, en sus propias palabras. "Solo se apuntaban solteros y divorciados", recuerda Rafa Serra desde Barcelona, empresario del sector turístico. Del error surgió la oportunidad. Serra y su socio decidieron tomárselo en serio y especializarse en ese segmento. El pelotazo llegó en 2008, cuando convirtieron la página en una red social, gratuita, en la que los usuarios podían organizar sus propias actividades. "Fuimos los primeros en mezclar red social y negocio. Llegamos antes, y golpeamos dos veces", resume el empresario. El hobby se ha convertido ya en su principal ocupación y el año pasado, con el lanzamiento de una web de viajes especializados en singles, facturaron entre 2,5 y tres millones de euros, parte por las actividades y parte por los viajes a los que se apuntaron 5.000 personas.

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Precisamente un crucero solo para singles que salió en un reportaje en televisión fue lo que animó a Manuel Gil, de 33 años, a bucear en la Red. Acababa de divorciarse y quería irse de vacaciones, aunque no tenía con quién. Terminó en Torrevieja y, tras aquel viaje, ahora no se pierde ni una actividad. Capeas, karaokes, cenas, cócteles, enumera Gil exaltado mientras guarda cola para entrar en la discoteca Serrano 41, que los viernes les cierra una sala para ellos. Suelen reunirse unos 200 singles. "Con el grupo de gente que sales cuando estás casado se pierde el contacto o son parejas. A mí ahora el cuerpo me pide salir por la noche", dice Gil.

Copas, discoteca, noche y ligues. La mayoría de los singles entrevistados rechazan que buscar pareja sea su primera motivación. Hablan de ganas de divertirse, de conocer gente, de salir y de acabar con la soledad. Según la web Infosingles.com, que analiza los principales portales para encontrar pareja en Internet, la sección de actividades es la más frecuentada porque "hay una necesidad de salir, compartir y conocer gente nueva, no solo para tener una relación de pareja, sino de amistad".

Miguel Martín, divorciado de 53 años, sirve como ejemplo, porque lo que es ligar, todavía no ha ligado desde que empezó a ir a las actividades. Probó el pasado mes de abril con el aperitivo de los domingos en la plaza de Santa Ana y a día de hoy la cita se ha convertido, dice poniéndose místico como Lola, en "una liturgia, casi una religión". "Es una sensación como cuando eras adolescente y tenías un grupo de amiguetes para hacer cosas. Te sientes arropado, querido y, sobre todo, no te sientes solo".

Más de 35 actividades a la semana en la capital para los más jóvenes, los mayores o los singles con hijos. Las opciones se multiplican. Hay salsa, magia, flamenco, cenas para practicar inglés o francés, escapadas de fin de semana o salidas nocturnas. Los miércoles, por ejemplo, toca conocer a los nuevos. Para aquellos que consiguen lo más difícil, dar el primer paso.

Un miércoles del pasado febrero Elizabeth Ariza, documentalista soltera de 37 años, se presentó a la cita. Se enganchó enseguida a la quedada, a la que fue añadiendo nuevas actividades. Ahora tiene un grupo de amigos con los que incluso queda por su cuenta. Ariza aconseja paciencia: "Aunque siempre hay muy buen ambiente, como en todas partes a veces hay gente interesante y a veces no".

Madrid es, como en su caso, el destino de multitud de personas que dejan su pueblo o ciudad por trabajo. También es el de Laura Abellán, profesora de Secundaria de Murcia, que se pasó dos años sin salir de casa hasta que entró en la red social. O el de Ana María Sánchez, de 43 años y auxiliar de vuelo, que llegó a Madrid con su marido y sus hijos y que tuvo que "empezar de cero" cuando se divorció con 37 años. Ahora, dice, pasa el 90% de su tiempo de ocio con singles.

¿Cuestión de orgullo?

Ana Sebastián Morillas, profesora de la Facultad de Ciencias Sociales, Jurídicas y de la Comunicación de la Universidad de Valladolid, hizo una investigación sobre singles y asegura que, además de que van a seguir aumentando en número, entre ellos "hay personas que no quieren estar solas y personas que sí están orgullosas y son felices viviendo así". José Antonio Martínez, programador web de 30 años, es de los segundos. Siempre le ha gustado organizar cosas en su grupo de amigos y encontró en la red la posibilidad de proponer actividades. Ahora es el dinamizador de tiempo libre en Madrid y los fines de semana organiza excursiones de espeleología, barranquismo o de cualquier deporte de aventura.

Entre tanta opción y tanta vida social, al final, como en todo, acaban surgiendo parejas. La coordinadora de Singles Madrid, Marga Llamas, celebra cuando ocurre y hasta cuando tiene que contar una anécdota de sus dos años y medio al frente de la red le sale una historia de dos. Aún guarda en el móvil el SMS de dos miembros a los que emparejó por azar hace un año para una cita a ciegas: "Gracias a ti vamos a ser padres". Aunque haya quien abandone la soltería con la red, Xavier Puche cree que es "un clásico error en la comunicación de algunas marcas el asumir que todo single tiene como objetivo buscar pareja".

Porque surja lo que surja esta es, a fin de cuentas, una historia de unos. En el interior de la discoteca la noche del viernes promete ser larga. Rocío Basagoiti y su amiga Olga vienen por segunda vez. Compañeras del colegio en la niñez volvieron a encontrarse por Facebook hace poco y les hizo gracia la coincidencia de sus vidas: 39 años, divorciadas y con niños pequeños. Rocío cree que tienen que conocer gente y animó a Olga a venir a la discoteca. Con una copa en la mano mira a su alrededor y se suelta: "Además tengo una empresa de venta de safaris y, ya que esta gente se apunta a todo, a lo mejor quieren ir de safari". No puede ser tan fácil como organizar una cena improvisada un lunes, pero quién sabe. Sin necesidad de pasear ropa cara en Nueva York, ni de coleccionar minipacks en la nevera, los singles madrileños, que no solos, ya se comen la ciudad.

Ocho miembros de la red social Singles Madrid, que cuenta con 32.000 socios en la región.
Ocho miembros de la red social Singles Madrid, que cuenta con 32.000 socios en la región.BERNARDO PÉREZ
Singles salen y bailan salsa en La Sal.
Singles salen y bailan salsa en La Sal.SAMUEL SÁNCHEZ
Quedada para los nuevos en el pub Adam's Apple.
Quedada para los nuevos en el pub Adam's Apple.SAMUEL SÁNCHEZ

Números singulares

- En la Comunidad de Madrid hay 453.800 personas que viven solas, de un total de 2.308.300 viviendas, según datos de 2010 del Instituto de Estadística de Madrid.

- Las personas que viven solas menores de 30 años son 32.900, de entre 30 y 65 años hay 222.300 y de más de 65 años hay 198.600 personas.

- Hay muchas más mujeres viviendo solas que hombres porque son mayoría en la franja de edad de más de 65. Las mujeres suponen el 62% del total.

Las ocho caras de una foto

José Antonio Martínez. Soltero. 30 años.

- "Llegué a Singles Madrid al dejar una relación y busco pasarlo bien, no busco pareja".

Elizabeth Ariza. Soltera. 37 años.

- "No tengo novio, ni hijos ni cargas familiares. Soy soltera y sin compromiso. Así estoy muy bien".

Miguel Martín. Divorciado. 53 años.

- "Con otros singles te sientes arropado, querido y, sobre todo, no te sientes solo".

Ana María Sánchez. Divorciada. 43 años.

- "Yo nunca iría sola a una discoteca, pero con la red es muy fácil, llegas y te presentas".

Manuel Gil. Divorciado. 33 años.

- "El grupo de gente con el que sales de casado se pierde. En singles hay muy buen ambiente".

Laura Abellán. Soltera. 44 años.

- "Llegué a Madrid hace cuatro años y estuve dos sin salir. Ahora no paro ni un día".

José Manuel Álvaro. Soltero. 40 años.

- "Busco tener alguna relación pero no lo persigo porque si lo haces se vuelve huidizo".

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