Nervios entre los diputados del PP a dos semanas del cierre de las listas electorales

En el último pleno de la Asamblea celebrado ayer, el esfuerzo de los parlamentarios del PP por significarse les llevó a ver quién encontraba la manera más original de insistir en la estrategia de Aguirre de atacar al Gobierno central en el Parlamento regional.

Desde el diputado Javier Rodríguez, que comenzó su intervención solidarizándose "con el pueblo japonés y los cuatro millones de parados de Zapatero", al diputado Álvaro González, que sacó unas zapatillas para simbolizar su política de vivienda.

Detrás de estas intervenciones estaban los nervios por la candidatura. Esa misma mañana, Aguirre había avisado en la reunión del grupo parlamentario a sus diputados: "La inmensa mayoría repetís". Pero los cálculos no cuadran y los parlamentarios de los números más bajos saben que en la lista no caben los 67 diputados actuales. Sobre todo porque renunciaron a su escaño varios integrantes iniciales de la lista de Aguirre que ahora son directores generales, cargo que no es compatible con el acta de diputado. Como ya solo quedan dos semanas hasta que acabe el plazo para cerrar las listas (el próximo 1 de abril), toca hacer méritos.Fue el consejero de Transportes, José Ignacio Echevarría, el que utilizó la palabra "meritorio" para acusar al diputado socialista Modesto Nolla de intentar buscarse un hueco en las listas del próximo 22 de mayo -puesto que ya tiene-, por pedirle su dimisión tras la metedura de pata del Metrobús. (Echeverría negó que existiera este tipo de billete del que se venden 23 millones al año). Pero el adjetivo era más adecuado para calificar las intervenciones de los diputados del PP.

El Partido Popular pidió la destitución "inmediata" de Amparo Valcarce

Por eso, intervención a intervención, los diputados regionales escenificaron ayer el mismo diálogo de sordos que ha caracterizado esta legislatura, en el que la amplia mayoría popular (67 de 120 diputados) ha llevado al extremo la obsesión de hacer política nacional en el Parlamento regional, mientras PSM e IU trataban de arañar respuestas de contenido regional.

¿Cómo ha evolucionado el paro?, preguntó al inicio de la tarde el portavoz de IU, Gregorio Gordo. La culpa es de Zapatero, vino a concluir la presidenta regional, Esperanza Aguirre. ¿Cómo valora su gestión en esta legislatura?, le planteó después Maru Menéndez, la portavoz socialista. Y la respuesta, la misma: "Hemos sabido sobreponernos a la asfixia de Zapatero", contestó la presidenta.

La escena ha sido constante a lo largo de los últimos cuatro. Eso llevó al portavoz adjunto de los socialistas, José Manuel Franco, a lanzar una dura acusación a la bancada popular: "Ustedes asesinan aquí a Montesquieu un día sí y otro también", espetó casi al final de la sesión. Achacaba a los populares el haber puesto por delante en estos cuatro años el Poder Ejecutivo sobre el Legislativo y el haber hecho un uso "espúreo" de la Cámara regional para sus intereses partidistas. Hasta el punto, recordó, de que, el PP, que impidió que se debatiera el cese de la directora de Telemadrid, Isabel Linares, con el argumento de que no era competencia de la Cámara, no tuvo reparos, no solo en discutir, sino en aprobar anoche, tras un bronco debate, una petición para que el Gobierno regional pida la destitución "inmediata" de la delegada del Gobierno, Amparo Valcarce. Ella es ahora también la número dos de la lista socialista a la Asamblea.

El diputado del PP Salvador Victoria, que también es viceconsejero de Presidencia, trató de justificar cómo la delegada hace campaña, pese a que todavía no ha empezado el periodo electoral. Así que al final optó por tacharla de incompetente.

En la legislatura del caso Gürtel, donde hasta la Cámara regional se ha visto envuelta, con tres diputados imputados en la trama que no quisieron renunciar a sus actas, tampoco ellos faltaron al último pleno. En esta ocasión, solo estuvieron Benjamín Martín Vasco, ex portavoz adjunto del PP, y Alfonso Bosch. El exconsejero Alberto López Viejo fue el ausente. Sus votos se sumaron a los del PP para pedir la destitución de la delegada del Gobierno. Y a la salida, en los pasillos, diputados de la oposición bromearon diciendo que habían ido a dar su voto como queja por el trato recibido por la policía.