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Reportaje:

Noche (en blanco) en los columpios

El parque gigante que se instalará el sábado entre Callao y Montera resume la filosofía urbanística que inspira esta edición de la cita artística

Gran Vía / Gran obra. Este rótulo luminoso, a modo del que franquea el acceso al recinto ferial sevillano, dará paso el próximo sábado, durante La Noche en Blanco, a un parque de juegos gigante. Entre la plaza de Callao y Montera se instalarán dos columpios de siete metros, una grúa-columpio que elevará una rueda de tractor a nueve metros de altura, dos subibajas de 13 metros de ancho, toboganes "de competición" y la farola más alta del mundo. Un "parque intergeneracional", según definición de sus creadores, para niños y mayores. Para crear más atmósfera, las farolas de la Gran Vía se cubrirán de un cono rojo.

¿Un simple ejercicio lúdico? Hay algo más. Este proyecto, uno de los 21 elegidos por Basurama, el grupo que ha comisariado el programa de actividades esta edición de La Noche en Blanco, pretende ser "una probeta donde testar un urbanismo diferente, otra forma de construir una ciudad". Tal es la declaración de sus autores, el colectivo Zuloark, integrado fundamentalmente por arquitectos, que usará la noche del sábado para poner sus ideas en práctica.

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Juan, que prefiere no dar su apellido para acentuar el carácter común del proyecto, resume la filosofía en la que se apoya Gran vía / Gran obra: "En primer lugar, todos los elementos se han construido con material reciclado sacado de contenedores de escombros. Segundo, jugamos con la ironía al usar excavadoras o grúas para elevar un columpio o contenedores en los que hemos plantado huertos urbanos, máquinas que no solo sirven para llenar las ciudades de plazas de cemento". Pero, sobre todo, insiste con mucho énfasis Manuel, otro miembro de Zuloark, los elementos del parque tendrán otra vida más allá de la noche del sábado: todos los ciudadanos que lo deseen pueden solicitar los columpios y toboganes en la propia web de La Noche en Blanco (www.lanocheenblanco.es). "Si la gente no los reclama, nuestro proyecto será un fracaso", dice Manuel. Un comité decidirá a quién se adjudican los objetos, según unos criterios que primarán, por ejemplo, que su futuro uso permita su disfrute por un gran número de ciudadanos. No es difícil imaginar algunos de esos columpios como parte del mobiliario urbano de parques o plazas de la ciudad. "Nuestra filosofía de urbanismo es que la gente participe en el proceso y que este tenga varias vidas", apostilla Chacón, otro de los arquitectos de Zuloark, que asegura que el proyecto cumple la normativa de seguridad y lleva el visado del Colegio de Arquitectos. La ironía vuelve a aparecer en el catálogo del proyecto que describe todos y cada uno de los elementos que se reciclarán tras la noche del sábado, que se titula "100 años de obras. Parque intergeneracional en la Gran Vía. Segunda vida". El proyecto cuenta con el respaldo de la Fundación Telefónica y se vincula a Laboratorio Gran Vía, una iniciativa de esta institución que plantea una reflexión sobre el futuro de la calle en su centenario. Incluye una exposición comisariada por Iñaki Ábalos, en la que diversos arquitectos imaginan un futuro imaginario para la Gran Vía (puede verse hasta el 6 de octubre en la sala de exposiciones de la Fundación Telefónica, en la Gran Vía, 28).

Materiales reciclados y diversión. Los dos conceptos incorporados por Zuloark en su proyecto reflejan la filosofía de los organizadores para esta edición de La Noche en Blanco. Con el lema ¡Hagan juego!, los comisarios de esta cita pretenden que las propuestas que durante la velada del sábado llenen la ciudad no se agoten en sí mismas, sino que conviertan las calles de Madrid en "un laboratorio de nuevas expresiones de creación, comunicación e interrelación en el medio urbano, para que luego sean desarrolladas y puestas en práctica el resto del año". Por eso, Basurama ha buscado proyectos con "segunda vida" para que su efecto "trascienda los límites temporales de una noche".

Con esta declaración de principios, tratarán de conjurar las críticas que desde algunos sectores se han vertido sobre una iniciativa que implica un inmenso esfuerzo creativo y logístico -con un presupuesto de 1,07 millones de euros este año- que algunos juzgan excesivo para agotarse en una sola carta.

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Miembros del colectivo Zuloark, creadores del parque de juegos que el sábado se instalará en Gran Vía con motivo de La Noche en Blanco.
Miembros del colectivo Zuloark, creadores del parque de juegos que el sábado se instalará en Gran Vía con motivo de La Noche en Blanco.SAMUEL SÁNCHEZ

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