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El Orgullo, fiesta de Madrid

Muchos leímos con alivio que la fiesta del Orgullo Gay se quedaba en Chueca. El Ayuntamiento había anunciado, sin contar con el movimiento LGTB, que éste sería el último año que se celebrarían las fiestas del Orgullo en su formato actual. La presión colectiva fue de tal magnitud que en menos de 24 horas el Ayuntamiento dio marcha atrás asegurando que se había producido "un malentendido". El alcalde y su equipo han reaccionado rápido, apoyando, como siempre lo han hecho, esta fiesta.

La fiesta del Orgullo Gay está íntimamente ligada al barrio de Chueca, y el mejor sitio para celebrarla es este barrio. Chueca tiene una enorme carga simbólica. En la última década el barrio se ha transformado en un ejemplo de tolerancia y convivencia en el que todo el mundo puede vivir su orientación sexual con plena libertad. Las fiestas del Orgullo no son meramente reivindicativas, sino que son unas fiestas de Madrid y para todos los madrileños, para los españoles y para todo el mundo. ¿Se imaginan el encierro de los sanfermines sin pasar por la calle de la Estafeta? No, ¿verdad? Pues lo mismo ocurre con el Orgullo. No se puede sacar de Chueca porque perdería su esencia.

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El horario de la música es sensato, y a una hora razonable ésta se apaga. Además, durante el día, el barrio recobra la normalidad. Hay que respetar las leyes y el descanso de los vecinos, pero, no nos engañemos, cuando alguien compra o alquila un piso en Chueca sabe que de 365 días que tiene el año, cinco serán de fiesta. Dos millones de personas han disfrutado del Orgullo Gay, que es la máxima expresión de tolerancia. ¿Conocen alguna otra fiesta que atraiga a dos millones de personas? Por mi trabajo me paso todo el día viajando, y el Orgullo Gay está considerada como una de las mejores fiestas de España a nivel internacional. Es una celebración que nos da prestigio. Son sólo cinco días al año en los que la calle se llena de color y alegría y de creación de riqueza para todos los pequeños comerciantes del barrio, que no hacen una caja igual el resto del año. Chueca es el corazón gay de Madrid, y estas fechas llevan detrás muchos años de reivindicación de derechos. El Orgullo Gay es un escaparate de promoción importantísimo de una España abierta, moderna y plural donde todos tenemos cabida.

En el centro de Madrid hay otras fiestas de toda la vida, como San Isidro o La Paloma, y en ellas también hay ruido. La plaza de Vázquez de Mella es el epicentro del Orgullo y, sí señores, hay ruido. Mucho ruido, pero ¿acaso no lo hay en las mascletás de las Fallas? ¿O en el chupinazo de los sanfermines?

Hay algunos que se empeñan en que el Orgullo no sea lo que va a ser: un éxito. La amenaza de trasladar la fiesta del Orgullo Gay fuera de Chueca simboliza las ganas de los intolerantes de devolver a un amplio colectivo al gueto. Algo contra lo que se ha peleado muchos años. No se puede utilizar la queja de unos pocos vecinos para encubrir una decisión que lo que esconde es fobia. En este caso, homofobia.

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Enrique Sarasola es presidente de Room Mate Hotels.

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