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Crítica:MÚSICA | Javier Ruibal
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Palabras mayores

Escuchar y contemplar un directo de Javier Ruibal siempre son palabras mayores. Es, para todo aquel para el que la música no es solo ruido de fondo, darse un homenaje a base de delicatessen. Es volver a situar la oreja en propuestas musicales variadas, de altísimo nivel de calidad y francamente escasas e insólitas en la realidad de la música popular española. Es gozar de forma inesperada de unos textos auténticamente románticos y que, a pesar de eso mismo, no empalagan. Es asistir al perfecto encaje de aires sefardíes, árabes, flamencos, jazzeros y de canción de autor sin que rechine un semitono. Es disfrutar de la música hecha lo más lejos posible de la mercadotecnia, interpretada por un antiídolo musical y que, para activar su potencial de emocionar, sólo necesita la mera complicidad de un corazón abierto a la irrefrenable avalancha de sentimientos que se le viene encima. Pues de todo eso hubo en este concierto.

Javier Ruibal

Javier Ruibal (voz y guitarra), Javier Ruibal Jr. (percusión), Iñaqui Salvador (piano) y David Moreira (violín). Sala Galileo. Precio: 15 euros. Aforo: 600 personas. Jueves, 29 de enero.

"El ser humano es un mundo que nunca llegaré a comprender bien"
"Las discográficas causan insatisfacción porque sólo piensan en el corto plazo"

Ante un público entregado y sabedor sus andanzas, el cantante de El Puerto de Santa María desplegó un espléndido saber hacer en dos pases. Alternó en ambos su dominio de la escena para llenarla sólo con su voz y su guitarra y consiguiendo un todo acabado y refinado -algo al alcance de muy pocos en España: Pedro Guerra, Jorge Drexler...-, y una formación de trío en la que se generaba una sonoridad especial, personal y suficiente para expresar lo que había que expresar.

En cuanto al repertorio, temas inéditos como Once de abril y canciones de otros, como Fragilidad, de Sting. Lo demás, temas de toda su discografía. Enhorabuena a un Javier Ruibal que sigue mereciendo más suerte y reconocimiento del que goza. Paciencia, que lo que hace merece, y mucho, la pena.

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