Pinturas que saltan del marco

Los jardines de la antigua residencia de la Embajada de Japón, en La Florida, albergan un pequeño oasis. Hace seis meses el galerista español Javier López convenció a su colega portugués Mário Sequeira para construir en esta exclusiva urbanización, a pocos kilómetros de la capital, dos edificios con una amplia sala de exposiciones. El proyecto lo firma el estudio de arquitectos Vicens+Ramos. Y la idea, el Kutshalle, un pequeño museo suizo. "Apostamos por artistas conceptuales a nivel internacional y que estén a mitad de su carrera", explica Sequeira en el jardín, dejando tras de sí la piscina que cierra el conjunto arquitectónico de 700 metros cuadrados.

En la galería, imbuido por el trasiego de las cajas y la disposición mental de los cuadros, el artista abstracto Jason Martin (Jersey, 1970) observa una de las pinturas que componen su exposición Oils and pigments. "Es la primera vez que veo esta colgada en la pared", dice en referencia a una de sus mastodónticas obras. "Está hecha con pigmentos, un material que requiere trabajar en horizontal, técnica que a veces me hace perder el sentido del espacio". Pese a ello, Martin se muestra sereno con el vaivén monocromo conseguido en su trabajo como funanbulista en el límite entre la escultura y la pintura: "Experimento con los pigmentos para dotarlos de una intriga escultórica".

El enigma del que habla salta de sus cuadros ondulantes. El uso de los aceites crea sensación de movimiento por el juego de sombras y luces que encierran sus líneas. Las obras a base de pigmentos juegan con el ojo gracias a los volúmenes que este material permite al secarse.

Al final de la galería López-Sequeira, un gran cuadro romboidal reina en una de las paredes. Una tonelada de óleo sobre aluminio que se retuerce en plateados y negros, según el reflejo de la luz que entra por la gran cristalera que abre la sala al jardín. "Al ver este espacio quise traer el cuadro. Un lugar como este te sobrepasa la primera vez que entras. El reto está en encontrar serenidad y confianza a través del orden de los cuadros", confiesa.

La técnica de Martin es deudora de lo que se conoce como action painting. El artista usa su cuerpo para pintar. Y cuando sus manos no alcanzan los límites de sus lienzos de más de 400 centímetros de ancho, recurre a nuevas herramientas: "Uso cualquier cosa que se parezca a una mano, como unos pinceles flexibles en forma de peine o palos largos que me permiten crear nuevas maneras de movimiento".

Sus pinturas traducen las sugerencias que la naturaleza ofrece al pintor, y al público como espectador: "La gente habla en términos muy literales: una pluma, una concha... Describir una pintura así es muy banal".

El desafío al que se enfrenta el artista con obras cuyo resultado no se conoce hasta tres meses después -como sucede con sus pequeños cuadros de níquel cercanos a las tres dimensiones- es el resultado de un trabajo que, confiesa, sigue una serie de normas. "La intención siempre trabaja del lado del artista", explica Martin. "Aunque los resultados más interesantes dependen del azar".

La muestra se puede visitar con cita previa, de manera individual y en grupos, llamando al número que aparece en la web www.lopez-sequeira.com. La obra de Martin permanecerá en la galería desde el próximo martes hasta el 28 septiembre. Es la segunda gran exposición desde que se inaugurara la sala con el pintor figurativo Alex Katz. "En aquella ocasión nos visitaron personas interesadas en el arte contemporáneo, estudiantes de Bellas Artes o de pintura, profesionales del mundo de la cultura y coleccionistas", cuenta el galerista luso. El próximo artista será el italiano Francesco Clemente.