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Reportaje:

El 'Retiro' oculto de Carabanchel

Un plan municipal propone recuperar la finca de Vista Alegre para el barrio

El Ayuntamiento proyecta un plan especial para rehabilitar la finca Vista Alegre, de dominio público, cuya titularidad, en un 80%, detenta la Comunidad de Madrid. El Gobierno regional estudiará detenidamente el proyecto municipal. Si no hay sintonía, se gesta un nuevo enfrentamiento y si se logra, Carabanchel ganará un espacio único, que ha permanecido fuera de la mirada pública durante siglo y medio.

El distrito de Carabanchel es uno de los más poblados y con mayor densidad urbanística de todo Madrid. Pese a ello, posee un tesoro extraordinario: la finca de Vista Alegre. Se trata de un parque paisajista de principios del siglo XIX que perteneció a los dueños de la fábrica Platerías de Martínez. En 1832 fue comprado por la reina María Cristina, cuarta esposa de Fernando VII, y en 1859 pasó a la propiedad del marqués de Salamanca. Tiene 44 hectáreas, con 28 edificios, dos palacios, teatro, capilla, ría, grutas, norias, estanques, fuentes y jardines, todo ello cercado por un tapial mampostero.

La zona tiene más de un millar de árboles, 35 de ellos muy singulares
El lugar está lleno de jardines escondidos y rincones con encanto

Es una verdadera ciudadela, tapizada con medio millar de árboles -35 de ellos singulares- con agua abundante. Esta joya encastrada en el tejido urbano de Carabanchel ve hoy desfigurada su traza original, sometida a un declive, prolongado hasta hoy, por la inserción de instalaciones cuyo uso nada tuvo que ver con los de su primitivo carácter, de granja, palacio de recreo y jardín paisajista.

En su testamento, el marqués de Salamanca, que murió allí, dispuso que se instalaran institutos de beneficencia. Así se hizo. Pero los sucesivos rectores de estos centros filantrópicos se desentendieron del cuidado del entorno. Esta actitud prosiguió en la posguerra civil con erráticas actuaciones de la Dirección General de Regiones Devastadas, que empotró en el corazón mismo de la finca desde un psiquiátrico a un reformatorio, en abierta desarmonía arquitectónica y paisajista con su contorno. La titularidad de la finca es pública, pero su acceso está restringido. En un 80%, la administra el Gobierno regional, que cuenta allí con una decena de edificios aislados entre sí, desplegados sobre las 13 parcelas de manera desordenada: desde la flamante Academia de Danza María Ávila al Instituto Musical Moreno Torroba, hasta un centro de formación de adultos y profesores; otro de mayores; el instituto de enseñanza secundaria Vista Alegre y varios más. El 20% de titularidad restante lo comparten dos colegios de huérfanos de policías y militares. Sin embargo, los arquitectos-urbanistas Jesús Gago, José María García Pablos y José Coca, han proyectado un plan especial para la finca alentado por la Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid. Beatriz Lobón, directora general de la Gerencia de Urbanismo: "La redacción de planes especiales está contemplada y definida en el General; lo que se quiere hacer es preservar un espacio muy deteriorado y conectarlo con el barrio en el que se encuentra, eso es todo". Por otra parte, añade: "Todo se ha hecho en coordinación con la Dirección de Patrimonio de la Comunidad (vinculada a la Consejería de Hacienda)", explica. Sin embargo, la Dirección General de Patrimonio Histórico, que depende de la Consejería de Cultura, dado el alcance que el plan especial podría tener, "se reserva una mirada específica", según fuentes de esta dirección. Al ser adquirida la finca por el marqués de Salamanca, el prócer contrataría al arquitecto Narciso Pascual y Colomer -autor del palacio de las Cortes- que plasmaría en Vista Alegre las tipologías arquitectónicas más expresivas del ascenso de la burguesía en el Madrid del siglo XIX. De ahí su valor artístico-patrimonial.

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Los redactores del plan especial municipal, durante un reciente coloquio del Club de Debates Urbanos del Círculo de Bellas Artes, lo presentaron como "destinado a reevaluar con equipamientos ciudadanos en este escenario histórico". De prosperar el plan, "recobrará el esplendor de la finca paisajista para, convenientemente recualificada, devolverla a la ciudad de Madrid", en palabras de José María García Pablos. Su colega Jesús Gago, con amplia experiencia en la planificación urbanística de Madrid, resaltó en el debate que "no se trata de una actuación restauradora, pues la traza original de la finca resulta ya irrecuperable, pero sí de una intervención decidida que es aún posible para redefinir sus espacios y reponerlos en valor mediante su interrelación con el barrio circundante". Lo eliminable se encuentra, a juicio de los planificadores, en el corazón del gran trapecio que forman las 13 parcelas de la finca, donde se erigieron algunas construcciones consideradas "prescindibles".

Los autores quieren abrir calados, óculos, ventanas y puertas en la cerca perimetral para permeabilizar así su acceso y mostrar al público, siquiera visualmente, su proximidad al barrio. La arquitecta Amparo Berlinches alertó de que una previsible masificación arruinaría su riqueza, que el catedrático de la Escuela de Arquitectura Javier Mosteiro, considera "de singularidad patrimonial única".

Miguel Lasso de la Vega, que ha estudiado las quintas de recreo en torno a Madrid, considera que "la finca de Vista Alegre, por su entidad paisajista, cobra dimensión europea". Eduardo Mangada, urbanista planificador, se mostró partidario de intercomunicar la finca y el barrio, pero en dirección de dentro hacia afuera, no a la inversa.

La cuestión del tapial no es baladí, ya que, si bien ha sido un elemento clave para cierta preservación del entorno de la finca, ha sido igualmente valladar que lo ha aislado de la mirada pública y del control ciudadano sobre lo que, tan desordenadamente, se erigía en su interior.

Centro Regional de Innovación e Información Las Acacias, en la finca de Vista Alegre.
Centro Regional de Innovación e Información Las Acacias, en la finca de Vista Alegre.ISAAC F. CALVO

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