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Sanidad publicará una clasificación de hospitales

Sanidad publicará datos sobre cada hospital, como la tasa de mortalidad

Elena G. Sevillano

El dinero sigue al paciente. Con esta máxima se resume la filosofía que hay tras la remodelación del sistema sanitario que perfila la Comunidad de Madrid. Los hospitales recibirán dinero, también llamado "incentivos", en función de la cantidad de pacientes que les elijan. Es decir, competirán entre ellos para captar clientela. Esos pacientes, aseguró ayer el consejero de Sanidad, Juan José Güemes, van a necesitar "información transparente, completa y rigurosa" para poder escoger. El primer paso será hacer pública una clasificación de los hospitales mejor y peor valorados por los pacientes.

A partir de la semana que viene se podrá consultar en qué puesto quedan los hospitales públicos madrileños según una encuesta sobre satisfacción que realizó la Consejería de Sanidad el año pasado a 19.142 pacientes. Pero ese será sólo uno de los muchos parámetros que en los próximos meses va a ir haciendo públicos Sanidad como complemento al decreto de libre elección que está ultimando.Los parámetros que hará públicos Sanidad en los próximos meses van más allá de la percepción, subjetiva por definición, de los pacientes. Se publicarán, por ejemplo, las reclamaciones de usuarios, pero también datos sobre la actividad sanitaria y la gestión de los centros: incidencia de las infecciones nosocomiales (las que se contraen en el hospital), reingresos (cuando a un paciente se le da el alta pero tiene que volver al hospital), tasas de mortalidad, etcétera.

La atención de las dolencias se ordenará en función de la gravedad

Es la primera vez que una Administración ofrece una encuesta de calidad detallada por centro hospitalario, subrayó ayer el consejero. También es la primera vez que se hacen públicos datos como la tasa de mortalidad con el objetivo de comparar hospitales para que el paciente elija en cuál quiere operarse. "Creo que es algo novedoso, que sin duda alguna puede escandalizar, que será objeto de controversia en los medios de comunicación", admitió el propio Güemes. "Pero creo que será un buen estímulo tanto para pacientes como para profesionales", añadió.

También hubo controversia cuando Reino Unido anunció que haría públicas las tasas de mortalidad quirúrgica en los hospitales de su servicio nacional de salud (NHS). Los cirujanos eran reticentes a desvelarlas. Argumentaban que publicar los datos podría disuadir a algunos de sus compañeros a la hora de aceptar casos arriesgados por temor a empeorar su estadística.

La Federación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Femyts) criticó ayer el anuncio del consejero. "Es un disparate", resumió su coordinador general y médico intensivista del Ramón y Cajal, Javier López de la Morena. "No se puede comparar. Hay hospitales que no atienden patologías graves, que derivan a otros las técnicas sofisticadas, que no tienen servicio de geriatría ni unidades de ictus. Ésos tendrán una proyección estupenda". Los nuevos hospitales, por ejemplo, saldrían mejor valorados que los tradicionales, explicó. "Y en un sistema público los hospitales tienen que ser complementarios, no competitivos entre sí", añadió.

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Para el vicesecretario de la Organización Médica Colegial (OMC), Francisco Toquero, no tiene sentido comparar hospitales que no están dotados con los mismos recursos ni atienden a la misma población. "Habría que establecer criterios de calidad que situaran a todos en igualdad de condiciones", explicó. "Para que una encuesta de calidad percibida sea objetiva tiene que partir de una misma base".

Güemes defendió ayer que la libre elección ya se ha ensayado en Madrid. Se refería a los nuevos hospitales y a la posibilidad que se ofreció a los ciudadanos de seguir yendo a los tradicionales. "¿Qué han hecho los pacientes? Pues lo normal. Han tomado decisiones inteligentes. Muy mayoritariamente, el 98% o 99%, han acudido a los nuevos hospitales, que tienen más cerca". El consejero no quiso precisar cómo se va a regular la demanda (estableciendo cupos máximos, por ejemplo) de un hospital, en caso de que su buena valoración lo convierta en objetivo de muchos pacientes. Se limitó a explicar que en su decisión influyen muchas variables, como "la cercanía, la comodidad o su experiencia particular".

El año pasado los hospitales públicos atendieron 2,6 millones de urgencias, de las que "sólo tienen esa consideración clínica el 20%", afirmó Güemes. Para desincentivar a los ciudadanos de usar masivamente el servicio de urgencias, Sanidad está preparando otra reforma. El paciente podrá saber en qué grado de gravedad le han clasificado al llegar y cuántas horas de espera media le quedan por delante. Así, explicó Güemes, podrá "ponderar si le merece la pena permanecer en la urgencia o acudir al centro de atención primaria al día siguiente".

Tras una primera valoración sanitaria, el profesional encargado del triaje (clasificación) informará al paciente del tipo de urgencia en el que se clasifica su caso. En función de la gravedad se le asignará un color, que marca las distintas prioridades y sus correspondientes tiempos de espera. A menos grave, más horas tendrá que aguardar el paciente. Sanidad pretende así homogeneizar el sistema de clasificación de los pacientes en las urgencias, que ahora es diferente en cada hospital.

El médico sin nombre

Más de la mitad (54%) de los pacientes desconocen el nombre del médico que les atendió cuando estuvieron hospitalizados, aunque valoran con un 93% su trato y amabilidad y su profesionalidad y conocimientos, según el primer Estudio de evaluación de la satisfacción de los usuarios de hospitales que presentó ayer el consejero de Sanidad, Juan José Güemes. El 74% tampoco se sabía el nombre de las enfermeras. El estudio, realizado a partir de 19.142 encuestas, concluye que el 86% de los usuarios están satisfechos. Urgencias es el servicio con la valoración más baja (78%), aunque mejora dos décimas respecto a otra encuesta de 2006. Güemes recordó ayer que los hospitales necesitan sangre y anunció que se ha ampliado el horario de donación a los fines de semana (www.donarsangre.sanidadmadrid.org).

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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