Sebastián va a la playa...
El candidato socialista quiere hacer tres arenales de verano en el Manzanares

A las 12.00, raqueta en mano, Sebastián inflige un severo correctivo a su jefa de gabinete, que trata de devolverle todas las bolas. Se le da muy bien lo de las palas al candidato del PSOE al Ayuntamiento de Madrid. Toca presentación de su proyecto de playa junto al Manzanares, y el equipo socialista ha montado en la ribera, en la calle de Aniceto Marinas, un escenario con foto del mar de fondo, palas, red de voleibol y hamacas. Pero amenaza lluvia.
Sebastián promete que Madrid tendrá tres playas de 4.500 metros cuadrados cada una a lo largo del Manzanares, inspiradas en la de París junto al Sena.
Habrá piscinas de agua dulce, zonas de escalada, duchas cada 75 metros, un centro de atención médica, biblioteca y conexión wi-fi a Internet. Una en Aniceto Marinas, otra cerca del puente de Segovia y una tercera frente al Matadero. Y no costarán ni un duro, porque tendrán el patrocinio de empresas privadas.
El candidato recuerda que hace 18 años, Los Refrescos cantaban aquello de "Aquí no hay playa". "Y tras 18 años de gobierno, el PP no lo ha solucionado", denuncia ante una hamaca. "Un millón de madrileños no tiene vacaciones en verano", revela. Así que ésos, este año tienen plan.
Porque, aunque no gane, el PP también ha puesto la sombrilla en su programa electoral. "No nos importa que nos copien", anuncia el socialista. Los miembros de su equipo contemplan la secuencia detrás de la red de voleibol. Uno de ellos, Óscar Iglesias, busca contrincante con la mirada para un partidito.
Aparecen dos chicos gitanos. Son vecinos. "Le he dicho a éste...", dice Abraham, de 17 años, señalando a su colega: "¡Chacho, que es el Sebastián!". Y reta al candidato a las palas. "Pues juega bien el payo", admite tras sucumbir al drive del socialista y mostrarse encantado con la idea. "Una playa, no me fastidies, hombre. Lo que tiene que hacer es coger a la ETA y darles viviendas a nuestros hijos", protesta airadamente Fernando Castro.
Y en ésas, Iglesias tira un balonazo que termina en el río. Se veía venir. "No, que yo no he sido", dice escurriendo el bulto. Mientras, Sebastián posa en la hamaca para los fotógrafos, sale el sol y la pelota se pierde en el horizonte del Manzanares.
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