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Reportaje:

Sobrevivir a una víbora

Un hombre se recupera de la mordedura de un ofidio en La Pedriza

J. A. A. G. estaba pasando un tranquilo domingo de verano con su familia. Habían planeado un pic-nic y estaban listos para comer sobre la hierba de La Pedriza, en la sierra de Madrid. Pero, sobre las tres y media de la tarde, cuando el hombre se agachó para recoger unas bolsas, le mordió una serpiente, que probablemente era una víbora.

El excursionista, de 47 años, acudió a urgencias del hospital de La Paz, donde permanece en observación y evolución, según informó una portavoz del centro.

En el dedo tenía dos incisiones pequeñas, que podían ser de víbora, ya que se trata de una serpiente que predomina en aquella zona de la sierra. Su mano estaba hinchada, aunque él se encontraba consciente.

El parte médico informa de que el mismo domingo le fue limpiada la herida en un dedo de la mano derecha, se le practicó una faciectomía, para evitar la acumulación de veneno y que se absorba por el organismo, y se le inyectó suero antiofídico como antídoto. Ayer estaba consciente y estable en la unidad de cirugía plástica y quemaduras del hospital, enganchado al suero.

Las mordeduras de serpientes, pueden ser graves, aunque no son muy frecuentes en España, según informó a Efe el doctor Francisco Arnadich, coordinador de urgencias de La Paz. La gravedad de las heridas depende de la intensidad de la mordedura: si es poco profunda la inoculación de veneno es escasa y provoca sólo náuseas o vómitos. De lo contrario, puede provocar trastornos en la coagulación de la sangre, en los riñones y llegar a provocar la muerte del paciente.

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