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JUANA ORTEGA Y ANTONIO MEÑO

"Teníamos que haber seguido luchando"

Los padres del hombre que quedó en coma hace 22 años en un quirófano aceptan resignados una indemnización de un millón de euros que zanja su periplo judicial

La familia Meño no tendrá que volver a los juzgados a luchar por su hijo. Las aseguradoras acordaron ayer indemnizar a la familia con 1.075.000 de euros, pero nadie ha descorchado champán. El piso en el que viven los Meño está igual que hace unos meses. Los sofás no miran a la televisión sino a una habitación desde la que Juana Ortega y Antonio Meño, de 66 y 67 años, vigilan a su hijo gracias a un espejo inclinado. "Hemos envejecido sin darnos cuenta", comentaba la madre de Antonio Meño. Su móvil no paraba de sonar ayer por la tarde.

Atendía con paciencia a todos los medios de comunicación que la llamaban para comentar el fin de un periplo judicial que comenzó hace 18 años con una sentencia favorable que luego se volvió contra ellos. A todos les contaba lo mismo: se sienten "humillados" por haber aceptado la indemnización y haber "traicionado" a su hijo. "¿Cómo voy a salir a la calle y levantar la cabeza?", comentaba Juana Ortega, preocupada por lo que pudieran decir sus vecinos y conocidos. Cuenta que teme que le digan algo como: "Ya te has puesto las botas, ahora a vivir". A lo que respondería indignada: "Señora, véngase a vivir aquí con mi hijo y se queda los cuartos. Tendrá que quemarlos, porque no te puedes ir ni de vacaciones".

"¿Cómo puedo salir a la calle y levantar la cabeza?", se pregunta la madre
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El padre se une a la conversación y confirma lo que dice Juana Ortega. "Las noches que tiene dolores, olvídate de dormir", comenta. "Es como un bebé que no puede decir lo que le pasa, y le cambias de postura, le limpias...", explica Antonio Meño. El padre tampoco está satisfecho con la indemnización: "No estoy conforme. Teníamos que haber seguido luchando".

El abogado de la familia aconsejó al matrimonio que aceptara el acuerdo. También lo hicieron los hijos, quienes, según los padres, creen que ya han luchado suficiente. Reabrir el caso podría suponer un nuevo periplo judicial de hasta 10 años. Antonio Meño padre contaba que el letrado les aseguró que un nuevo juicio podría acabar otra vez en condena en costas para la familia.

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A pesar del millón de euros de indemnización, Juana Ortega dice que no va a contratar a nadie para que cuide de su hijo. Al menos mientras ella pueda seguir encargándose. "Mi hijo está lo mejor cuidado que puedo, y eso no se puede mejorar con dinero", explica. También reconoce cierta mejoría en su hijo desde que un fisioterapeuta le trata tres veces por semana. "Uno de los brazos que tiene agarrotados lo puede estirar un poco más", cuenta Ortega.

La mujer hace balance de los últimos 22 años en los que se ha dedicado a cuidar a su hijo Antonio Meño, en coma vigil desde los 21 años tras someterse a una rinoplastia. "Miro a mi hijo y me pregunto qué he hecho con mi vida. No he salido con mis nietos al parque ni nada. El otro día tuve una comunión y me tuve que ir después de la misa", relata. Es lo que le queda de aquí en adelante: "Seguir con mi casa, con mi hijo y con mi lucha".

Antonio Meño y Juana Ortega atienden a su hijo en coma, ayer en su piso de Móstoles.
Antonio Meño y Juana Ortega atienden a su hijo en coma, ayer en su piso de Móstoles.CARLOS ROSILLO
Juana Ortega  y Antonio Meño, padres del hombre en coma desde hace 22 años tras una rinoplastia, a las afueras del juzgado.
Juana Ortega y Antonio Meño, padres del hombre en coma desde hace 22 años tras una rinoplastia, a las afueras del juzgado.CRISTÓBAL MANUEL

22 años de lucha

- 3 de julio de 1989. Antonio Meño, de 21 años, se somete a una rinoplastia de la que sale en coma vigil.

- 1993. Un juzgado de primera instancia condena al anestesista a indemnizar a la familia con 1.050.000 euros.

- 1998. La Audiencia Provincial anula la sentencia anterior y absuelve al anestesista.

- 2008. El Tribunal Supremo confirma la absolución y condena a la familia Meño a pagar 400.000 euros por gastos judiciales.

- Junio de 2009. Los Meño se echan a la calle. Se instalan en una caseta en la plaza de Jacinto Benavente.

- Febrero de 2010. Un médico que estuvo en la operación asegura que hubo negligencia en el quirófano.

- 14 de octubre de 2010. El Supremo reabre el caso.

- 3 de noviembre de 2010. Antonio Meño, en coma desde 1989, asiste a la vista oral en el Tribunal Supremo.

- 17 de noviembre de 2010. El Supremo anula los fallos anteriores. La familia aboga por negociar una indemnización.

- 19 de noviembre de 2010: Los Meño vuelven a casa tras un año y medio en la calle.

- 14 de julio de 2011. Los padres de Antonio Meño aceptan 1.075.000 euros

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