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Reportaje:

"Vengo a pedirte que no corras"

Familiares de muertos en accidentes de tráfico dan consejos en las gasolineras

Pilar Álvarez

"Hola, soy de Stop Accidentes. Vengo a pedirte que no corras". "Corro un poco, no bebo", dice el interlocutor, con el rostro consumido, y titubea un instante: "Aunque me drogo, eso sí".

Este diálogo es real. Ocurrió ayer, pasado el mediodía, en la gasolinera del kilómetro 11 de la A-3, la salida de Madrid hacia Valencia. Dos hombres en un Ford Focus verde pararon a repostar y a comprar bollos antes de "ir a pillar" droga a Valdemingómez. Como al resto de conductores, se les acercó una voluntaria de Stop Accidentes, una asociación integrada principalmente por familiares de víctimas de siniestros de tráfico.

Por primera vez en Madrid, se desplegaron una docena de voluntarios por las gasolineras de las principales autovías de salida. Dedicaron la mañana a repartir folletos y caramelos "para endulzar el viaje" a los conductores que salieron de viaje por el puente de la Constitución. En la carretera de Valencia había cuatro. El único hombre, Pedro Yagüe, de 31 años, perdió a un familiar hace cuatro años en un accidente "por culpa de otros" y se apuntó a la asociación. "Cuando te pasa te quedas tan desorientado... Todo el mundo piensa que nunca le va a tocar hasta que toca", explica Pedro.

"Yo estoy aquí porque mataron a mi hermana y a mi cuñado hace tres años", dice Beatriz Fernández, de 27. Sus padres hacen campaña en otra gasolinera de Madrid. En ese instante, un coche arranca y pega un acelerón a menos de un metro. Beatriz insulta a gritos a sus ocupantes, dos chicos jóvenes. "Eso es lo que no puede ser", lamenta.

Muchos conductores les toman en serio, pero otros ni siquiera cogen los folletos. "Se creen que vamos a pedirles algo o que limpiamos parabrisas", explica la voluntaria. Algunos llegan con el cinturón quitado. Otros, como una joven rubia, hablan por el móvil mientras cambian las marchas.

Las hermanas Nuria y Luisa Mauri, de 26 y 28 años, paran con su Fiat Panda rojo. Tienen que repostar para su viaje a Alicante. Les quedan unos 400 kilómetros de camino hasta la casa de sus padres. Luisa, que escucha atenta los consejos, reconoce que le dan miedo los coches que van demasiado rápido. "Yo, como mucho, me he puesto a 130, y jamás se me ocurre coger el móvil cuando estoy conduciendo". Su hermana se queja de "el montón" de multas de aparcamiento que le ha tocado pagar este año.

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Paran, escuchan, repostan y se van, casi como pide el lema de la campaña de Stop Accidentes: Ve, vive y vuelve. Un deseo que no siempre se cumple. En la cuneta, junto a la incorporación de la gasolinera a la autovía, varios ramos de rosas de plástico penden tétricamente de una cruz. Son el recuerdo para alguien que no volvió.

Un voluntario de Stop Accidentes habla con una conductora en una gasolinera de la autovía A-3.
Un voluntario de Stop Accidentes habla con una conductora en una gasolinera de la autovía A-3.CRISTÓBAL MANUEL

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y mejor evitar las comidas copiosas

Conserve siempre la distancia de seguridad

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Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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