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Reportaje:

Zarzuelas trilladas e inéditas

El género chico, con tres propuestas, resplandece en la ciudad este verano

¿Qué hace un destacamento de revolucionarios franceses en una zarzuela? ¿Y una embarcación a punto del naufragio? Esta Antología de Chapí, dirigida por Francisco Matilla, es un espectáculo lleno de enigmas. Donde los antólogos habituales suelen escoger lo más celebrado de un autor, Matilla ha preferido alternar números musicales de obras conocidas y de otras olvidadas, para estimular la curiosidad del público por el patrimonio lírico español sumergido.

"La Sociedad General de Autores tiene archivadas en torno a 12.000 zarzuelas buenas, malas y regulares, pero las más célebres, que son las de la última época del género, firmadas por músicos empresarios como Moreno Torroba, Guerrero y Alonso, no son las mejores", dice Matilla. "Puedo poner sobre la mesa un centenar de títulos raros o escasamente conocidos de primera calidad, y de todos los géneros: desde comedias fantásticas a lo Enrique Rambal, con incendios, catástrofes y ataques de los indios, hasta sainetes de enredo y revistas de actualidad".

La búsqueda de público joven es uno de los objetivos del teatro público

Para este músico y director escénico, alma de la compañía Ópera Cómica de Madrid, la renovación del género pasa por mirar hacia atrás con criterio y exhumar la parte del repertorio que realmente vale la pena. "Entre 1850 y 1920, los músicos españoles compusieron sobre todo para la escena, porque es lo que daba dinero, igual que Bach compuso para la Iglesia y los músicos actuales para el cine. Negar la zarzuela es negar nuestra historia".

La cuestión es con qué medios se afronta esa labor. Montar con dignidad espectáculos donde participan coro, orquesta y un sinnúmero de cantantes, actores y bailarines requiere presupuestos equivalentes a los que se invierten en ópera. En esta Antología de Chapí, al aire libre, con un elenco de cantantes jovencísimos, se ha resuelto con ingenio la imposibilidad de levantar una gran escenografía.

El montaje de La calesera, del maestro Alonso, que ofrece el teatro de la Zarzuela, es muy diferente presupuesto y dimensiones. El coliseo de la calle de Jovellanos llena incluso en julio: tiene un público fiel, que busca los estándares de calidad de los teatros nacionales. "Aquí podemos permitirnos contratar cantantes que defiendan los papeles vocalmente más exigentes", dice Luis Olmos, su director, que suele invitar a uno o dos directores teatrales de prestigio por temporada, para que aporten un punto de vista externo y fresco. Parte de su política es la renovación de un público mayoritariamente entrado en años. "Esta temporada hemos traído a más de 8.000 chavales", afirma.

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La oferta lírica escénica de julio se completa con otra antología: Zarzuelas y revistas, en el teatro Fernán Gómez. La mejor música del maestro Alonso, puesta en escena por Ángel Fernández Montesinos y dirigida musicalmente por Montserrat Font, con números de Las Leandras, Luna de miel en El Cairo y Las corsarias.

La calesera. Teatro de la Zarzuela. Hasta el 26 de julio. Antología de Chapí. Jardines de Sabatini. Hasta el 30 de julio. Zarzuelas y revistas. Teatro Fernán Gómez. Hasta el 2 de agosto.

Un momento de la representación <i>Zarzuelas y revistas</i>.
Un momento de la representación Zarzuelas y revistas.

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