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Reportaje:

Un acuerdo entre el 'hiyab' y la cruz

Los centros concertados, entre ellos uno de Pozuelo, conviven con el velo islámico

Pilar Álvarez

Es una alumna más. Una estudiante de 3º de ESO, de 15 años, que apenas llama la atención. Por la mañana cruza la verja del colegio concertado católico con el uniforme -falda verde, camisa blanca- y un hiyab (velo islámico) en la cabeza. Y al entrar al pasillo se descubre la cabeza. Sigue las clases con el cabello suelto y cuando suena el timbre por la tarde se lo pone de nuevo para volver a cruzar esa verja con el pañuelo que sólo deja al descubierto su rostro.

Es una chica "estudiosa y muy educada", según uno de sus profesores. Una joven musulmana de familia marroquí, como Najwa Malha. Ambas viven en el mismo pueblo, profesan la misma religión. Sus colegios distan menos de un kilómetro y medio. Pero sus vidas- al menos en los últimos días- no se parecen en nada. Llevar hiyab ha supuesto un calvario para Najwa porque la normativa de su centro no permite cubrirse la cabeza. El instituto Camilo José Cela no ha cambiado su reglamento. Y la familia de Malha no ha cambiado de parecer. El padre confirmó el miércoles que no acepta la solución alternativa que ofrece la Comunidad de Madrid, un traslado a otro instituto con un código de convivencia (cada centro regula sus propias normas) que no prohíbe el velo.

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En los Escolapios tampoco se pueden cubrir la cabeza. Pero en este caso la familia de la alumna admitió que su velo no entrara en clase. "Lo aceptaron muy bien y la chica también", explica Miguel Cancela, coordinador del segundo ciclo de Secundaria y profesor de la joven. Es la única chica con velo del centro -un enorme colegio situado en el barrio de los centros de élite de Pozuelo-, pero no la única musulmana. Hay "un pequeño porcentaje de alumnas marroquíes", según Cancela. Asegura que el velo intermitente de la chica no ha supuesto problemas de convivencia "ni para ella ni para el resto".

En la red de centros concertados de Madrid "no es anómalo ni llama la atención" encontrar alumnas con hiyab, según Emilio Díaz, representante de la Federación de centros católicos de enseñanza (Fere), que no dispone de datos concretos. Los Escolapios ha buscado una solución intermedia. En otros centros de la red "se permite el uso del velo en clase porque la normativa lo contempla así", añade el representante de la Fere. "Este tipo de asuntos se resuelven bien con autonomía, los colegios tienen la suficiente habilidad para generar consensos".

"Somos muy respetuosos, los símbolos religiosos son muy serios", según Díaz. El colegio de Pozuelo, por ejemplo, tiene menú especial para musulmanes (sin carne de cerdo) y respeta que sus alumnos guarden el ayuno de Ramadán y no vayan a las misas del centro. En la puerta, otra chica musulmana con la cabeza descubierta espera a sus amigas. No lleva velo. Si se lo pone algún día, dice, tendrá que cambiar de centro. A ella no le valdría quitárselo en el pasillo.

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Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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