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Reportaje:BANDA SONORA

El arqueólogo del 'heavy'

Un madrileño rastrea el rock duro español de los ochenta para reeditar los discos

Carlos Marcos

Solo le interesan los grupos heavies españoles de los ochenta que editaron sus discos en vinilo. Vuelva a repasar el lector la frase porque es complicado quedarse con el mensaje a la primera. Heavies españoles, de los ochenta, en vinilo. El margen es estrecho. Veamos. Quedan descartados los grandes, que ya se pueden localizar en CD: Barón Rojo y Obús. Tampoco entra aquí la segunda división (en popularidad) del heavy español: Sangre Azul, Santa, Muro. Ni la tercera: Bella Bestia, Sobredosis.

El resto, lo que queda, la división preferente, es la obsesión de este hombre. Si eres uno de ellos, contacta con él. Alfonso J. B. Sánchez se llama, cuenta 42 años y nació en el rockero barrio de La Elipa, cuyas calles (y sobre todo bares) vieron nacer a los Burning. Alfonso calcula que habrá unos 60 discos que se ajustan a sus estrictas condiciones. Él ya ha encontrado 11. A lo que se dedica este hombre es a practicar la arqueología heavy: rastrea la pista de unos músicos que hace 20 años olvidaron que alguna vez cogieron una guitarra, les convence para que abran sus baúles en busca de materiales y luego les reedita sus discos en la compañía Leyenda Records. Ojo: son grupos olvidados que en su época no vendieron en masa. Cuando el arqueólogo da con ellos, los exmúsicos reaccionan con incredulidad. ¿Quizá es una broma? Pues no. Obviamente, Alfonso se considera un freak.

El rockero no vive de su empresa por una sencilla razón: no da un duro
Se ha propuesto recuperar obras de 'heavies' españoles en vinilo
Alfonso J. B. Sánchez ha creado la compañía Leyenda Records
"Me tocó la moral descubrir ediciones piratas de los discos que yo amaba", dice
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Alfonso no vive de la compañía por una sencilla razón: no da ni un euro. Con la carrera de Empresariales, se gana su nómina trabajando en una gestoría familiar. El resto del tiempo se lo dedica a su novia y al heavy metal nacional.

Lo primero que conviene explicar es de dónde viene el J. B. de su nombre. Alfonso: "Durante siete meses trabajé en la revista Heavy Rock escribiendo críticas de rock español. Como sabía tanto, me lo ofrecieron. Cuando le dije mi apellido (Alfonso Jesús Borrego Sánchez) al director, el Mariscal Romero, me espetó: 'Un rockero no se puede llamar Borrego. Te firmaremos las críticas como Alfonso J. B. Sánchez'. Y así me llama todo el mundo".

Pero busquemos su ADN heavy. Para convertirse en un rockero de pura cepa ayudó mucho su barrio. Era la época dorada de la música dura, mediados de los ochenta. Alfonso contaba 16 inquietos años cuando encontró su templo: "En La Elipa nos cambiábamos las cintas de casete. Empecé a escuchar a grupos internacionales, como Saxon, Rainbow o Michael Schenker. Hasta que encontré el disco Metalmorfosis, de Barón Rojo, y Duro y potente, de Pánzer. Entendía las letras y me llegaba más. Por esa época descubrí la sala Canciller, de Alcalde López Casero, donde actuaban todos los grupos. Estaba a cinco minutos de mi casa. Me encontraba en el epicentro del heavy".

Desde esa época adolescente empezó a coleccionar todo lo relacionado con el rock español. La afición se ha mantenido. Hace tres años encargó por eBay dos discos en CD (de oscuro heavy español ochenteno, por supuesto): Thor y Rosa Negra. Cuando los recibió, alucinó: eran ediciones piratas (sin autorización de los autores y regrabadas del vinilo) y de una ¡compañía alemana! "Me tocó la moral: los discos con los que yo había crecido y que amo se estaban editando de esa forma tan penosa. Fue cuando decidí montar la compañía Leyenda Records y publicarlos de forma legal, con buen sonido y con la autorización de los músicos", comenta. El porqué una empresa alemana se interesa por discos de heavy español tiene una razón: son muy buscados por los coleccionistas, porque España es de los pocos países europeos donde los grupos cantaban en su idioma, y no en inglés.

Y comenzó su investigación. Armas con las que cuenta: un teléfono y sus piernas. "Lo primero que hago es contactar con una llamada. Pero a veces han cambiado de número. Así que intento localizarlos en su último domicilio, llamando al telefonillo o preguntado a los vecinos. Es un poco una labor de Paco Lobatón", cuenta. Esto último le ocurrió con el guitarrista de los madrileños Alcaudón, que se había cambiado de nombre. Al final, una vecina le dio el contacto.

La reacción de los grupos suele ser de sorpresa: ¿quién se acuerda de una banda que apenas trascendió? Luego, la mayoría colabora. Alfonso añade regalos a la edición: canciones extra, fotos inéditas, textos elaborados... ¿Grupos que ya tienen su cuidada reedición? Azuzena, Manzano, Casablanca, Bruque, Marshall Monroe o los citados Alcaudón.

Alfonso, que aún conserva la melena heavy a pesar de la invasión alopécica, recibe con cara de pena la última pregunta. "Y cuando consigas reeditar los 60 discos y ya no haya más grupos, ¿qué?". "Entonces cerraré Leyenda Records con satisfacción", responde.

El grupo Sangre Azul durante el Festival de Rock Villa de Madrid en 1985.
El grupo Sangre Azul durante el Festival de Rock Villa de Madrid en 1985.RICARDO GUTIÉRREZ

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Sobre la firma

Carlos Marcos
Redactor de Cultura especializado en música. Empezó trabajando en Guía del Ocio de Madrid y El País de las Tentaciones. Redactor jefe de Rolling Stone y Revista 40, coordinó cinco años la web de la revista ICON. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Madrid.

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