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Entrevista:ÁNGEL CORELLA | Director del Corella Ballet Castilla y León

"El ballet siempre está en crisis"

Hace tres años, Ángel Corella debutaba con su compañía de ballet clásico en el Teatro Real de Madrid. El título era ambicioso. Muchos no daban un duro por el experimento y auguraban corta vida al empeño. Se equivocaron. Él es el noble empecinado que no pierde la sonrisa. Tres temporadas después, el Corella Ballet Castilla y León, dos grandes clásicos mediante (La Bayadera y El lago de los cisnes) y tres programas combinados, vuelve a retar a las circunstancias y se presenta en el teatro Lope de Vega de la Gran Vía con una ambiciosa propuesta a la americana: tres semanas y tres programas diferentes, con continuos cambios en el cast y ofreciendo una miscelánea de estilos, desde lo más académico y tradicional, a rupturistas obras conceptualmente ultramodernas.

"Esta no es una compañía de autor en absoluto. Mi ego está en el colectivo"
"La danza va a contracorriente, pero está en la historia del arte"
"Los españoles, donde bailamos, se nos reconoce enseguida"

Pregunta. La dinámica de esta temporada en el Gran Vía será frenética.

Respuesta. Sí, lo sé. Pero es así como yo lo veo. Aquí no es nada habitual cambiar tan velozmente de programa, pero yo creo que eso es lo que pide el público.

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P. También cambiarán las distribuciones de los elencos.

R. Sí, esa es otra de mis apuestas. En esta compañía todo el mundo tiene que bailar mucho y bien, rotarse, aprenderse todos los ballets. Ese ritmo crea una electricidad que el público palpa y además, mantiene a los bailarines en una relación óptima con la escena.

P. ¿Sabía hace tres años al debutar en el Real que iba a llegar hasta aquí?

R. Estaba convencido de ello, de lo que quiero hacer, de la necesidad de una compañía como esta, de sus posibilidades de éxito y de su papel en la cultura española.

P. ¿Y las expectativas?

R. En ballet sin ambición y sin rigor no se llega a ningún sitio. Cuando nos cambiemos de sede las cosas ya empezarán a cobrar forma. Aspiramos a más, a tener nuestra propia escuela. Sin cantera no se puede progresar. Ahora lo estamos haciendo como podemos, por instinto. Pero todo mejorará a partir del otoño.

P. No hay crisis que valga...

R. El ballet siempre está en crisis. Va muchas veces contracorriente y mira, estamos en la historia del arte de todos los tiempos.

P. En el extranjero tendrá que dar explicaciones con el nombre de la compañía.

R. Yo no tengo ninguna ambición porque mi nombre aparezca en el título de la compañía. Ha sido una cuestión estratégica, al venir yo de Norteamérica, con una carrera y un prestigio consolidado. En eso tenemos que llegar a ser como las grandes agrupaciones, que brillen por su plantilla y su calidad. Y Castilla y León apostó por nosotros: ese mérito no se lo puede escamotear nadie.

P. En el primer programa hay una coreografía suya sobre el sexteto de cuerdas de Chaikovski.

R. No creo que vuelva a coreografiar. Ha sido circunstancial y emocional a la vez. Siempre que oía esa música sentía que debía trabajar sobre ella, y ha sido más bien una colaboración estrecha con los bailarines. Poco a poco la he ido modelando, recortando, suavizando.

P. ¿Y no se resiente su ego?

R. Es que esta compañía no es una compañía de autor en absoluto. Mi ideario es traer al repertorio lo mejor que se produce en el ámbito del ballet a nivel global. Mi ego está en el éxito colectivo.

P. Como es el caso de Christopher Wheeldon.

R. Sí, ya tenemos varios ballets suyos, es un coreógrafo nato de gran inspiración y que siempre usa el vocabulario clásico de una manera veloz y contemporánea. Por primera vez una compañía española pone obras de Tharp, o un clásico moderno como Fancy Free, de Jerome Robbins.

P. En el tercer programa vuelve a los clásicos con Raymonda, un reto de estilo.

R. Sí, creo que siempre hay que dar repertorio, que es deber mostrarlo bien hecho y mantenerlo, generar en el público el deseo de volver a ver ciertas obras.

P. Quiere dar oportunidad a sus artistas en la creación.

R. Ponemos ya mismo en marcha un taller. Varios de nuestros bailarines, aunque muy jóvenes, ya con experiencia profesional muy amplia en compañías de ballet de medio mundo, tienen inquietudes coreográficas. El taller será experimental y un laboratorio. La coreografía no se estudia más que con la práctica y del taller saldrán cosas positivas.

P. Puede hablarse de un estilo, tanto de trabajo como de presentación en su compañía.

R. Estamos en ello. Es un proceso largo, de método. Yo he tenido la suerte de bailar y conocer las tripas de muchas compañías, estamos cogiendo de todos, tanto en el Mariinski de San Petersburgo como en el Royal Ballet de Londres o el Real ballet Danés, en todos voy encontrando elementos que me serán útiles.

P. Y en cuanto a la técnica propiamente dicha...

R. Los españoles, donde bailamos, se nos reconoce enseguida. Se trata de seleccionar de las diferentes escuelas. De los norteamericanos la velocidad, de los rusos la armonía, de los cubanos la musicalidad. En todos hay elementos de buena danza susceptibles de incorporarse.

P. ¿Cómo ve la situación del ballet en España?

R. Confusa. Da la sensación que se repetirá la situación de cuando llegó Duato a la compañía nacional hace ahora 20 años.

P. ¿Cree usted que puede aportar algo?

R. No he venido a dar lecciones de nada, sino a mejorar el ballet en mi país, brindar la experiencia. Aunque partimos de la iniciativa privada, nuestra fundación es pública, rendimos cuentas anualmente con la mayor transparencia. No se trata de mi nombre en particular, sino de la danza clásica con sus valores. Vamos hacia una identidad.

Corella Ballet Castilla León / Teatro Lope de Vega. 3 al 22 de agosto.

El bailarín y director Ángel Corella, en el Círculo de Bellas Artes.
El bailarín y director Ángel Corella, en el Círculo de Bellas Artes.SAMUEL SÁNCHEZ

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