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Reportaje:CON MUCHO GUSTO | El universo de la comida vegetariana

Ni carne ni huevos ni leches

Viaje al mundo 'vegano' de Madrid o cómo comer sin morder un solo animal

Pablo de Llano Neira

¿Ha trinchado usted alguna vez una langosta vegetariana o untado una rebanada de pan con nocilla de algarrobo? No, ¿verdad? Pues si quiere puede encontrar estos productos y otros tantos o más singulares en Vegania, una tienda de alimentación estrictamente vegetariana que despacha desde mayo en Malasaña. Estrictamente vegetariana: sin un gramo de carne ni un mililitro de leche. El respeto animal llevado a su máxima expresión y con nombre propio: veganismo.

Daniel Sánchez y Alicia Rodríguez, de 34 y 28 años, son los dueños de la tienda. Dos convencidos de la moral y el gusto veganos, "el último paso de la evolución vegetariana", dice Daniel. El veganismo nace con una decisión de principios: "Cuando empiezas, es todo lectura e ideología", explica Alicia, naturópata y experta en cocina energética.

Hay tofu, helado de anacardo, raviolis de seitán, sirope de savia de arce...

Daniel plantó los cuchillos de sierra muy joven, a los 15 años, tras hacer una simple relación de ideas entre lo que comía y su querida perrita Tara. Vio la luz y no volvió a hincarle el diente a un filete. Ahora que lleva su propia tienda, Daniel tiene en cuenta hasta la moral de los perros, ofreciendo un menú canino inmaculado: pienso y galletas hechos de proteínas de arroz y guisantes, nada de restos animales.

Ética aparte, el mundo vegano aporta buenos bocados de comida. "Después de la etapa de activismo vas descubriendo alimentos y acaba siendo una pasión gastronómica", cuenta Alicia. Las estanterías de Vegania muestran las posibilidades de esta vertiente culinaria. Aquí y allá, tofu, el rey de la escena vegana, un cuajado de soja con cara de queso fresco. Luego, cereales y más cereales, legumbres y más legumbres, de todas las familias y colores. Y escondidos entre los ingredientes vegetarianos básicos, pequeñas joyas veganas: sirope de savia de arce, helado de anacardo con leche de soja, paté de calabaza con curry, raviolis de seitán... Y "no-huevo", el sustitutivo del huevo y la leche en la repostería cien por cien vegetariana.

La tienda no pide carné de identidad moral: acuden veganos y cristianos por igual. "Aquí viene todo tipo de gente a por hamburguesas y salchichas veganas. Saben bien y son más sanas", afirma Daniel. "En gastronomía hay más de lo que la gente tiene en mente. A mi padre, por ejemplo, le gustan más mis canelones de seitán que los de mi madre de toda la vida", comenta Alicia alentando un buen conflicto familiar.

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También tienen clientela despistada que cruza la puerta, da media vuelta y adiós muy buenas. "La gente mayor piensa que esto es un herbolario", dice condescendiente Daniel. Todo lo contrario que nuestros civilizados vecinos de Europa del Norte. "Vaya cara de felicidad ponen al entrar. En los países nórdicos conocen bien esta comida; allí tienen supermercados sólo veganos", explican Daniel y Alicia.

Por más que la comida vegana se haga cada vez más variada, no debe ser fácil guardar el hábito en un mundo lleno de tentaciones carnívoras. Para los que se debaten entre la integridad moral y la tradición secular de la buena barriga española, Vegania tiene los debidos sucedáneos: filetes de ternera hechos de soja, gambas rebozadas de pega, falsos muslitos de pollo...

Daniel defiende como buen comerciante este engañabobos del glotón metido a monje: "Hay quien sufre por mantener sus principios. Los sucedáneos al menos les quitan de comer animales". Otra opción para los veganos con nostalgia de chicha es reinterpretar las glorias de nuestras barras. "Tortilla española con harina de garbanzo en vez de huevo; ensaladilla rusa con veganesa (aceite de girasol y soja); croquetas con bechamel de leche de soja...", enuncia Alicia de carrerilla.

Los propietarios de Vegania recuerdan los duros inicios del veganismo en Madrid. "Antes había que agarrarse a las judías, a las lentejas, a los vegetales tradicionales. Dieta diabética", dice Daniel. La memoria de Alicia ilustra el lado tragicómico del asunto: "El primer libro que leí de comida vegetariana tenía en portada ¡el dibujo de un pez!". Y pez es bicho. Bicho no es Vegania.

Pistas vegetarianas

RESTAURANTES

- Shi-Shang

Concepción Arenal, 3

- Yerbabuena

Bordadores, 3

- Maoiz Vegetarian

Mayor, 4, y Hortaleza, 7

- La isla del Tesoro

Manuela Malasaña, 3

- La Biotika

Amor de Dios, 13

- El Vegetariano de Teresa

Hermosilla, 157

TIENDAS DE ALIMENTACIÓN

- Lifenutrition, Parla

Torrejón, 42

- Vegania

San Vicente Ferrer, 21

- Frutoterapia, Alcorcón

Sierra Picos de Europa, 1

- Ecocentro

Esquilache, 4

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