_
_
_
_
_
Reportaje:La reforma del palacio de Cibeles

El caro 'sueño' del alcalde

La remodelación total del edificio ha alcanzado los 124,5 millones de euros

María Martín

El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, lo planteó como un "sueño" hace siete años. Abandonar la Casa de la Villa para trasladarse a un rehabilitado palacio de Telecomunicaciones pasaría a la historia como la primera mudanza de la alcaldía en cuatro siglos. El sueño se ha cumplido, pero el cambio le ha salido caro: 124,5 millones de euros.

La oposición, que en un principio apostó en sus programas electorales por recuperar el inmueble y que sigue trabajando en la Casa de la Villa, no ha perdonado que el presupuesto para la rehabilitación se haya inflado hasta duplicarse. Y mucho menos que, tras el anuncio de un recorte del 15% en los contratos municipales, las obras no solo hayan seguido, sino que se hayan aprobado nuevas partidas.

Más información
El palacio de Cibeles por dentro

"Una vez que Gallardón ha visto las críticas que le han caído por derrochador, ha intentado vestir el proyecto de centro cultural, pero esto sigue siendo su palacete. Para el Ayuntamiento podía haber dispuesto de varios edificios de la plaza de la Villa", mantiene el portavoz socialista, David Lucas. Su homólogo de IU, Ángel Pérez, cree que "es una obra que no se ha correspondido con una legislatura de crisis y que se ha continuado pese a los recortes generalizados en obras para los barrios y servicios para los ciudadanos".

Los siguientes apartados resumen las cifras con las que se ha recuperado el emblemático edificio y que han incendiado el debate municipal en los dos últimos mandatos.

- Cesión de edificios. Para hacer la mudanza, primero había que comprar la casa. Es decir, que para que el palacio de Telecomunicaciones, propiedad del Estado, pasase a llamarse palacio de Cibeles y formase parte del patrimonio municipal, el Ayuntamiento tuvo que ceder varias propiedades por valor de 339 millones.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

En concreto se deshizo de una parcela de 51.743 metros cuadrados en el PAU de Sanchinarro valorada en 91 millones de euros. Cedió también el edificio Cariátides, sede actual del Instituto Cervantes, valorado en 88,5 millones. Luego se desprendió de un edificio en la calle de los Hermanos Álvarez Quintero (9,5 millones) y de otro en la calle del Capitán Haya que el Ayuntamiento compró por 133 millones. Además, cedió un local en el paseo de los Olmos (2 millones) y renunció al espacio de 2.886 metros cuadrados que sigue dedicándose a la oficina de Correos y que se valoró en 15 millones de euros.

- El despacho del alcalde. Lo que la oposición llama "el despacho del alcalde" ha costado 24,5 millones y no se incluyó en el concurso público con el que se adjudicó la reforma, sino que se encargó a arquitectos municipales. En realidad, la oficina del regidor, con vistas a la diosa Cibeles y a la fachada de la Casa de América, tiene 78 metros cuadrados. El resto es un espacio de 22.500 metros cuadrados en el que, además de Ruiz-Gallardón, despachan el vicealcalde, Manuel Cobo, el concejal de Seguridad y Movilidad y la delegada del área de las Artes. En total trabajan allí 750 funcionarios.

- La gran inversión cultural. La guinda de la polémica se puso con la segunda fase de la reforma, la que está convirtiendo el palacio en un enorme espacio cultural, la que se adjudicó con un presupuesto de 48,7 millones y que ha ido creciendo hasta alcanzar los 100 (incluyendo unos 10 millones de la liquidación final del proyecto).

Al presupuesto inicial se añadieron cuatro partidas de 40,8 millones. Dos de ellas -una de 9,7 millones y la última de 24,5- se justificaron con las dificultades arquitectónicas que no se podían prever. El resto son dos partidas de 3,8 y 2,8 millones que se destinaron a peatonalizar la calle de Montalbán y a urbanizar la futura entrada principal.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

María Martín
Periodista especializada en la cobertura del fenómeno migratorio en España. Empezó su carrera en EL PAÍS como reportera de información local, pasó por El Mundo y se marchó a Brasil. Allí trabajó en la Folha de S. Paulo, fue parte del equipo fundador de la edición en portugués de EL PAÍS y fue corresponsal desde Río de Janeiro.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_